La muy penosa presentación de tres legisladoras aspirantes a la alcaldía Xalapeña acompañadas por el coordinador de la JUCOPO local recordó la coloquial expresión del entonces gobernador de Guerrero, Rubén Figueroa en 1975 para describir el abanico de precandidatos a suceder al presidente Luís Echeverría: “La caballada está flaca”, es decir, según su perspectiva no alcanzaban a cubrir las expectativas del PRI hegemónico. Acá, ahora sucede igual con MORENA, pretendido sucesor en métodos y aspiraciones de aquel partido histórico. Ninguna de las tres diputadas: Dorheny García, Rosalinda Galindo y Ana Miriam Ferráez reúne las características requeridas para ganar la elección municipal en Xalapa, y con su propuesta de ofrecer la candidatura al senador Ricardo Ahued alimentan la absurda tesis de hacerlo candidato con una de ellas de suplente para, una vez ganada la elección, quedarse en el puesto. Es inadmisible tal hipótesis porque insulta la calidad moral del senador Ahued, quien de entrada no se prestaría a exponer su buena imagen, obtenida con congruencia y honestidad, engañando a la ciudadanía xalapeña solo para favorecer un proyecto insostenible. Impensable por insostenible. Lo único seguro es que esa caballada está muy flaca.