En México la pandemia sanitaria ha ocasionado decenas de miles de muertos, muchos más de los 60 mil decesos imaginado en su “escenario catastrófico” el doctor López Gatell a cuyo encargo está la estrategia de combatir el mal. Ya alcanzamos la suma de 135 mil 582 muertes por COVID-19 y si hubiera algo peor radicaría en que la curva de mortalidad, esa que ya había sido “aplanada” por el discurso oficial, no parece tener fin en el mañana inmediato. Aquella falsa ilusión manejada para señalar el “éxito” en la conducción del gobierno de no “saturar” los hospitales se ha derrumbado de manera dramáticamente estrepitosa porque, además, lleva como víctima política no a Gatell sino a la Jefa de Gobierno de la CDMX, cuyos esfuerzos han sido dignos de ser reconocidos pero designios de orden político los perturbaron seriamente. Y en Veracruz también se hizo trizas el cuento del semáforo en verde que endilgaron a la entidad, lo demuestran fehacientemente los hospitales ya saturados de las principales ciudades de la entidad, Xalapa entre ellas. No vamos bien y lamentablemente parece que viene lo peor.