Por si fuera poca la indiferencia del Gobierno del Estado ante su (de ella y de otras) reclamo por la inactividad oficial para buscar y encontrar a sus familiares desaparecidos, la señora Elvira Gómez López, de Tierra Blanca, añade a su calvario de casi 8 años, el haber vivido este jueves uno de los episodios más insólitos en la vida de cualquier activista social.
Vino a Xalapa para protestar frente a Palacio de Gobierno y reclamarle su indiferencia al gobernador, y al regresar a su hogar en la tierra que es novia del sol, fue plagiada por un comando armado que tripulaba una camioneta con vidrios polarizados.
La oportuna movilización nacional de sus familiares y compañeras de lucha, que convirtieron las redes en un escándalo, parece haber desestimulado a sus captores, quienes después de maltratarla la dejaron libre.
Ahora ella y su familia deben “agradecer” a los delincuentes que no la hubieran privado de la vida, como ha ocurrido con tantos luchadores sociales cuyos cadáveres de pronto aparecen en algún despoblado o francamente ni aparecen.