Por lo menos son tres las fracciones partidistas cuya pugna por el control de MORENA mantiene en vilo las decisiones respecto a las candidaturas para alcaldes, diputados locales y federales, la de mayor peso, es la del gobernador Cuitláhuac García. Debe reconocerse que la autoridad política de un gobernador prevalece sobre cualquiera otra fuerza, al menos así debiera ser porque el ejecutivo estatal es el responsable de cuánto ocurre en la entidad y le corresponde rendir cuentas a su jefe máximo, en este caso, el presidente de la república: ¿cuántas diputaciones aportará Veracruz a la Cámara federal? No es cualquier cosa esa responsabilidad, también conservar el dominio político en la Cámara local para garantizar la aprobación del constituyente permanente a las reformas constitucionales promovidas por la federación. Frente a esas expectativas, se entiende la debilidad política de Gonzalo Vicencio amparado solo en razones estatutarias, un formulismo en estos casos “no tiene la menor importancia”, dijera el clásico. Tomado el control de MORENA los operadores de Cuitláhuac tienen el campo libre para concluir el expediente de las candidaturas ante el INE y el OPLE.