La memoria histórica recuerda que durante los años de la hegemonía política del PRI como amo y señor de los caminos hacia el poder, el 4 de marzo era fecha reservada para festejar el “nacimiento” del PRI, aunque en realidad este partido surgió en enero de 1946, se aludía al nacimiento del Partido Nacional Revolucionario (PNR) el 4 de marzo de 1929, atendiendo la convocatoria de Plutarco Elías Calles para aglutinar en una única organización política todos los grupos surgidos del Movimiento de 1910. La idea central era acelerar la evolución política del país para dar fin a la etapa del dañino cacicazgo de “los hombres fuertes”, y dar paso a un país de instituciones. Cuando “la Revolución se bajó del caballo” y se subió al Cadillac el PRI, que había sustituido al Partido de la Revolución Mexicana (PRM), creado por Lázaro Cárdenas en 1938 en vez del PNR, adoptó la tesis de la “Justicia Social” para los mexicanos y de esa manera identificarlo con los ideales de la Revolución Mexicana, de allí el festejo priista el 4 de marzo. Ahora es fecha en el olvido, porque pasados los tiempos de vino y rosas ya casi no hay pájaros de antaño en los nidos de hogaño. Pero el nacimiento del PRR es hecho histórico, la historiografía así lo entiende y no puede ignorarlo.