Si algo sabe Andrés Manuel López Obrador de Cuitláhuac García es que la gubernatura le ha quedado grande, que no gobierna, que ha permitido el nepotismo (del cual es un ejemplo), la corrupción, el latrocinio y el desvío de recursos, que no ha podido con la inseguridad y ha multiplicado la pobreza; sabe que su protegido es un inepto. Y sin embargo dice que es su orgullo.
Sabe que el gabinete estatal está compuesto en su mayoría por hombres y mujeres obtusos que desconocen los puestos que ocupan. Y sabe que el Congreso local está tomado por una pandilla de incultos e ignorantes.
Sabe que la Fiscalía estatal está manejada por una mujer que no tiene el perfil para ser la abogada de los veracruzanos y además no es autónoma. Está a las órdenes del Secretario de Gobierno, su verdadero jefe. Sabe que el Poder Judicial está secuestrado y lo han convertido en un patio de vecindad.
Sabe que hay municipios donde las autoridades están coludidas con los delincuentes mientras los ciudadanos ven y callan porque el que habla no amanece.
Todo eso lo sabe el Presidente y sin embargo lo ha dejado pasar.
Sabe, porque vaya que lo sabe, que la entidad se ha convertido en un peligro para las mujeres pues de los 11 feminicidios que se cometen diariamente en la República, Veracruz “pone” dos en promedio. Sabe además que las familias de los desaparecidos han sido dejadas a su suerte.
Sabe que faltan empleos, que la pobreza aumentó un 19 por ciento y la pobreza extrema un 16 por ciento en dos años. Sabe que miles de MIPYMES cerraron para siempre porque ni siquiera recibieron el préstamo de 25 mil pesos que les prometió.
Sabe que el 27 por ciento de los jóvenes veracruzanos en edad escolar abandonaron sus estudios porque nunca vieron los apoyos federales y porque sus padres no tienen recursos para sostenerlos.
Sabe que la Cuenta Pública del 2019 es turbia y el ORFIS se ha convertido en cómplice del gobierno estatal al ocultarla. Pero no la Auditoría Superior de la Federación que dio a conocer sus observaciones y los números son rojos.
De acuerdo con esa dependencia, el gobierno que preside el honesto Cuitláhuac García tiene observaciones y un posible daño patrimonial por 2 mil 685 millones de pesos, que se centran en la Secretaria de Salud con casi 2 mil 400 millones, la de Finanzas y Planeación con 212 millones y la de Educación con 73 millones de pesos.
En la Secretaría del Bienestar, cuyo titular es Manuel Huerta Ladrón de Guevara, otro funcionario la mar de honesto, se encontraron irregularidades por 1,832 millones de pesos en el programa Sembrando Vida; 922 millones 700 mil pesos en el programa de Adultos Mayores y 562 millones en el programa de Servidores de la Nación. Es decir, más de 3 mil millones de pesos en presunto daño patrimonial.
La ASF también detectó que el Régimen Veracruzano de Protección Social en Salud, pagó 295 millones 782 mil 600 pesos a 1,040 “aviadores” que son parte de la Fuerza Aérea con la que cuenta el gobierno de Cuitláhuac García.
En síntesis, López Obrador sabe todo lo que pasa en Veracruz y sin embargo lo calla, lo minimiza o lo ignora. Sabe que la entidad está quebrada; que es un estado tan corrupto como en tiempos de Fidel, Javier y Miguel Ángel; pero nada de eso le preocupa ni le quita el sueño porque sabe que con las dádivas a los ninis y a los marginados le da para repetir su triunfo.
Y es que así lo dicen las encuestas que marcan como favorito a Morena sobre los demás partidos.
¿Por qué si el gobernador, los munícipes y legisladores de Morena han resultado un fiasco en todos los sentidos, los posibles candidatos de ese partido pueden volver a ganar el 6 de junio?
Porque a pesar de que no ha traído para Veracruz ni un kilo de frijol con gorgojo en la docena de visitas que ha realizado, López Obrador sigue siendo muy popular entre los veracruzanos. Y esa popularidad cae como cascada beatífica sobre sus candidatos por muy zopencos, ineptos, corruptos y bandidos que sean.
No sé tu lector, pero yo no me puedo explicar este fenómeno de otra manera.
Aclaración
En mi columna de ayer, al empezar el cuarto párrafo escribí: “Hoy lunes 21 de marzo…” cuando lo correcto es “Hoy lunes 22 de marzo…” Gracias.