Agencias
Hace cinco meses, el 16 de octubre de 2020, el profesor Samuel Paty era asesinado a las afueras de París. Apareció decapitado. El motivo del crimen, según se apuntó entonces, fue que Paty, profesor de secundaria, había enseñado a sus alumnos las caricaturas de Mahoma publicadas hace años en la revista satírica Charlie Hebdo para hablar de la libertad de expresión.
El crimen lo cometió un alumno de 18 años. Samuel Paty tenía 47 años y daba clase en el centro de enseñanza secundaria Bois d’Aulne, en la localidad de Conflans-Sainte-Honorine, situada junto a Éragny (a 30 kilómetros de París).
Antes de ser asesinado, el profesor fue sometido a una campaña de acoso y derribo en las redes sociales. Se emitió una fatua (edicto religioso islámico) contra él en Internet y todo ello condujo al fatal desenlace.
Este martes 9 de marzo se ha sabido que la alumna que acusó al profesor de haber mostrado las caricaturas en clase, una chica de 13 años, se inventó la historia. ¿El motivo? Mintió a sus padres para no tener que explicarles que había sido expulsada del centro por mal comportamiento. Ella en realidad, ni siquiera estaba en el colegio ese día.
Contó la historia de las caricaturas a su padre y él fue quien inició la campaña en redes sociales contra el docente.
«Fui estúpido. Le debo la verdad a esta familia, al señor Paty, a toda Francia», ha asegurado durante un interrogatorio judicial. Al parecer le «importaban un comino las caricaturas que presentaba Samuel Paty en su clase» y simplemente estaba enfadado «por los dos días de expulsión que sufrió su hija».
El progenitor ha alegado ante el tribunal que sólo quería comportarse como un buen padre y que no creía que sus mensajes fueran leídos por terroristas.
Francia y el Islam
La decapitación de Paty se produjo casi seis años después del «Je suis Charlie» con el que toda Francia condenó el terrorismo islámico y defendió la libertad de expresión. El país repitió el grito de solidaridad con las víctimas y de reivindicación de los valores democráticos tras la muerte del profesor.
Hubo concentraciones convocadas por organizaciones antirracistas y pacifistas, y apoyada por Charlie Hebdo, para rendir homenaje a Samuel Paty.
Je suis prof
«Je suis prof» escrito en cartones fue el eslogan casi unánime de muchos asistentes a las concentraciones para rendirle homenaje, entre los que abundaban maestros y profesores para reivindicar la importancia de su profesión y defender la figura de la víctima y la necesidad del trabajo docente en la formacion de los jóvenes en los valores democráticos.
Líderes políticos de todas las tendencias, entre los que destacaba el primer ministro, Jean Castex, participaron a título privado en la concentración de París, a la que también asistieron musulmanes que denunciaban lo que uno de ellos definió como «barbarie islamista». Las concentraciones se celebraron también muchas otras ciudades del país, como Marsella, Lyon o Lille.
El presidente francés, Emmanuel Macron, adelantó entonces que adoptaría nuevas medidas contra el terrorismo islámico tras el asesinato del profesor.