lunes, diciembre 23, 2024

Acariciar los testículos del toro

13 de Abril de 2021

• El dirigente nacional de Morena, Mario Delgado, sugirió que había que exterminar al INE. Utilizó ese verbo. Es lo que quisieran. Matar al árbitro y sustituirlo por uno que siempre pitara a su favor, independientemente de lo que ordenara la ley.

“No le rasquen los huevos al toro porque nos van a encontrar”. Esto dijo Félix Salgado Macedonio ayer en un plantón frente al Instituto Nacional Electoral (INE). Acto seguido, amenazó con ir a buscar a los siete consejeros que le cancelaron su candidatura de Morena al gobierno de Guerrero. Amagó con ir, acompañado de sus huestes, al domicilio particular del presidente del INE, Lorenzo Córdova, a quien tildó de “cabroncito”.

Estamos hablando del mismo personaje que presuntamente violó a varias mujeres. Actos, todos, que han quedado impunes. No obstante el escándalo que se armó con el movimiento feminista, el presidente López Obrador apoyó a Salgado Macedonio y Morena lo sostuvo como su candidato para gobernar el siempre turbulento estado de Guerrero.

No fue la sensatez de Palacio Nacional o del partido gobernante la que retiró la candidatura de Salgado Macedonio. Fue el INE, que la canceló porque el llamado “toro sin trancas” no presentó su informe de finanzas de la precampaña, tal y como lo ordena la ley.

A la dirigencia morenista le enfureció esta decisión, ratificada ya por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación. La última instancia jurisdiccional sentenció que el INE debe revisar, de nuevo, si procede o no la sanción del retiro de la candidatura. Esto ocurrirá esta semana y, por eso, Salgado Macedonio está amedrentando al INE para que recule en su decisión original.

El “toro sin trancas”, que ahora amenaza con ir a buscar al “cabroncito” de Córdova a su casa, ya había advertido que, si no es el candidato de Morena a gobernador de Guerrero, no habrá elecciones en ese estado. Estamos hablando, nada menos, de un senador del partido gobernante.

Imagínense si el INE, efectivamente, se echa para atrás y le restituye la candidatura a este presunto violador de mujeres que ahora pretende violar el orden constitucional y el domicilio de un funcionario del Estado mexicano. ¿Qué mensaje nos estaría enviando el árbitro electoral? ¿A dónde quedaría el orden jurídico, la sensatez política y la ética que tanto pregonan desde Palacio Nacional?

¿Cómo explicar a este personaje nefasto de nombre Félix Salgado Macedonio?

Yo lo veo como un miembro destacado del lopezobradorismo, movimiento político que, incluso ahora desde el gobierno, siempre ha sido semileal con las instituciones democráticas.

Cuando les conviene, juegan con las reglas de la democracia liberal. Cuando no, las rechazan. Son leales y desleales dependiendo de su beneficio. De ahí el concepto de la semilealtad. Y esta postura, inevitablemente, genera un permanente conflicto con las autoridades electorales.

En 2006, por ejemplo, acusaron al INE (entonces IFE) de ser partícipe de un supuesto fraude, que nunca probaron en la elección presidencial. Sin embargo, nada dijeron de ese mismo instituto cuando les otorgó el triunfo de varios senadores y diputados en la misma elección.

En 2018 estaban felices con la victoria contundente de AMLO a la Presidencia. Pero, al mismo tiempo, furiosos porque la candidata del PAN les ganó la elección de gobernador en Puebla. Y, claro, alegaron que les hicieron trampa.

A la semilealtad democrática del lopezobradorismo hay que sumar su maximalismo. Van por todo y quieren todo. No aceptan ganar unas y perder otras.

Cuando los derrotan, siempre argumentan que hubo una gran conspiración en su contra y que les hicieron fraude. Las autoridades electorales son parte de este complot. Si, en cambio, ganan, fue por un acto heroico que se logró, a pesar de las malas intenciones que tenían los árbitros electorales.

Rumbo a las elecciones de junio próximo ya están preparando el terreno para alegar lo mismo. Lo que pierdan, que puede ser mucho o poco, será por culpa del INE.

Hace unos días, el dirigente nacional de Morena, Mario Delgado, sugirió que había que exterminar a este instituto. Utilizó ese verbo. Es lo que quisieran. Matar al árbitro y sustituirlo por uno que siempre pitara a su favor, independientemente de lo que ordenara la ley. Exterminar la autonomía que todavía tienen las autoridades electorales y sustituirla por empleados suyos que les dieran la razón en todas las ocasiones. Funcionarios timoratos que le acariciaran los testículos a su toro para que éste pudiera seguir saltándose las trancas y violar cómodamente a las mujeres.

           Twitter: @leozuckermann.

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