La conjetura es obligada: la cuestionable decisión de reservar por cinco años la información sobre contratos para adquirir las vacunas anti-covid-19 genera dudas acerca los términos para adquirirlas, porque, si bien los países ricos las monopolizan, no se explican las dosis de cuenta gotas con que se reciben. Abona esa hipótesis la reciente declaración de Ebrard el canciller encargado de las compras, señalando que el Covax ha fallado, al tiempo de expresar que las vacunas “que se desarrollen exitosamente en América Latina y el Caribe… pues también incluirla inmediatamente en nuestro programa de adquisiciones”. Pero, entonces ¿Dónde quedan la Sputnik, esos 24 millones de dosis ofrecidas por Putin al presidente López Obrador? ¿y las de AstraZeneca de casi 150 millones de dosis? Pero no todo son tinieblas porque debe reconocerse que el programa de vacunación está tomando un ritmo cada vez más acelerado al superar la aplicación de más de 500 mil dosis al día, ojalá se mantenga o aumente ese ritmo, siempre y cuando haya vacunas.