Sin tacto
Por Sergio González Levet
“Escucha, gente necia y sin sentido común, que
tienes ojos que no ven, y oídos que no oyen.”
Jeremías
En estos días ocurrió en Veracruz un fenómeno social que por sus alcances se volvió sociológico. Fue el magnífico espectáculo de un pueblo que reaccionó en favor de una institución que, aunque privada, es y considera suya.
Ante la amenaza de un personero del Gobierno del Estado (es seguro que vocero no tienen: un muchachillo apenas mal calienta una silla que le ha quedado enorme en Comunicación Social)… ante la amenaza de un personero, decía, muchas organizaciones, agrupaciones y sociedades, y muchísimos lectores se levantaron en favor de SU periódico, en el que han confiado por casi medio siglo y que ha sido el vehículo idóneo para una sociedad que ha podido enterarse como ella quiere de lo que pasa en su entorno y en el mundo.
Ha sido de tal grado la relación, que no se concibe a Veracruz sin Notiver, del mismo modo que no se podría concebir a Notiver sin Veracruz.
Aquí sí fue primero la gallina, pero el huevo informativo que puso un 12 de diciembre creció y se multiplicó hasta hacerse necesario, indispensable, vital; parte esencial del paisaje.
Algo falla en el chip -si tienen- de los actuales funcionarios estatales que no alcanzan a entender que las instituciones oficiales siempre saldrán perdiendo cuando se enfrenten a las instituciones populares. Y esto vale más ante un diario con tanto arraigo y tanta personalidad… personalidad jarocha pura que vive en una perfecta y dichosa simbiosis con sus lectores.
Tratar de atacar a Notiver es tan grave para la población como tratar de tirar un monumento a los héroes de cualquiera de nuestras cuatro haches.
De ese tamaño es el arraigo del periódico que da la noticia en el momento que sucede.
Pero no entienden… pobres.
Esto que estoy escribiendo no pretende ser una defensa porque Notiver se defiende solo, y lo hace bastante bien. Tampoco es necesita de homenajes ni elogios gratuitos porque su historia diaria es un ditirambo permanente.
Sirva este tanteo sólo como una puesta en punto para decir lo que es real, la singular existencia de un diario único.
Y para decir lo que es totalmente irreal: la pretensión de ciertos funcionarios que creen poder ganarle un juego a Notiver en su propio terreno.
Eso nunca ha sido posible… ni lo será.