Al menos en Veracruz el gobernador Cuitláhuac García ofreció a los médicos del sector privado intervenir para su inclusión en la agenda inmunizadora, aun no hay respuesta y mientras tanto se multiplican las manifestaciones de protesta de ese importante sector profesional y poblacional de nuestro país. La inexplicable exclusión ha generado un daño en las relaciones con el gobierno, que difícilmente podrá restañarse aun cuando les toque la vacuna, pues explicablemente alegarán que fue gracias a la presión de sus marchas. No había necesidad de llegar a ese extremo, porque quienes demandan, por razones obvias, están más expuestos al contagio del mortífero virus e integran uno de los sectores más castigados según las estadísticas de los decesos. Pero, ¿Qué necesidad había? Diría el clásico.