Una de las ventajas de renovar autoridades por el procedimiento electoral y ejercicio de la voluntad ciudadana es el fruto de la alternancia, es decir retirar la confianza a quien no da resultados para depositarla en su oponente, ese contraste ha acarreado, por lo menos, el término ininterrumpido de cacicazgos regionales. El 6 del mes en curso, la ciudadanía veracruzana (el “pueblo” no vota) optó por elegir candidatos contrarios a quienes representaron más de lo mismo, igual en Pánuco que en Tuxpan, en Tantoyuca y Alvarado, Acayucan, Las Choapas y Cosoleacaque. Sin embargo, el procedimiento lleva implícito el riesgo de constituir nuevos enclaves de poder, lo cual es consustancial a la política y los partidos políticos, cuyo fin es obtener el poder y conservarlo. Su antídoto es la madurez ciudadana y su activa participación para exigir rendición de cuentas y transparencia en el uso y aplicación del recurso público.