El bienestar como bastión populista

Nada bien la hace al gobierno federal, y de paso al gobierno estatal, la desaforada tendencia al gesto populista de Javier Gómez Cazarín, quien tiene a su encargo la implementación de los programas sociales en beneficio de la población mexicana. Se entiende la obligación gubernamental de proporcionar esos programas de beneficios porque lo mandata la constitución, pero al parecer al señor Gómez Cazarín, responsable de ese sector en Veracruz, en su excesivo afán de...
lunes, marzo 31, 2025
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Los hombres que vos matáis…

De luces y sombras, de errores y aciertos, rechazado y estimado, como todo adicto al poder, Dante Delgado es un hombre que concita antipatías y afectos, admiración y rechazo, filias y malquerencias. Nunca ha presumido, y seguramente no le interesa, ser un ser de luz, inspirado por pasiones angelicales. Desde siempre ha dedicado su vida a la política, es decir, al uso de las artes útiles para obtener dominio y autoridad sobre el resto, al margen de la virtud. No es ni más ni menos que aquéllos con los...

Elecciones, Partidos Políticos y Grupos Parlamentarios I

Rodolfo Chena Rivas

La teoría política concibe a los parlamentos y congresos, por un lado, como radiografías electorales o espacios de representación político-social (Michells, Weber, Duverger); y, por otro, como laboratorios que ensayan nuevas prácticas y productos legislativos (Reyes Heroles). Para ello, aplican reglas interiores de larga tradición (la denominada jurisprudencia parlamentaria, donde la costumbre juega un factor determinante), y despliegan tácticas legislativas de liderazgo y debate (Bentham) para la obtención de resultados en forma de leyes, decretos, acuerdos o nombramientos (Teoría de la Decisión Parlamentaria). Por su parte, en el terreno del realismo político, estas consideraciones teóricas se materializan primero, en forma de normativas jurídico-constitucionales y, segundo, en el número de curules y posibilidades de agrupamiento que resultan de la aplicación de sistemas electorales uninominales –de mayoría– y plurinominales –de listas o cuotas– o de una combinación de ambos, como en el caso de nuestro país (Nohlen).

Característicamente, las asambleas políticas –o asambleas deliberantes– se forman y decursan en dos momentos distintos: uno sincrónico, que ocurre con motivo de la elección y validación del procedimiento electoral, y culmina cuando los representantes o legisladores rinden la protesta de ley, asumiendo el encargo con la pertenencia o etiqueta del partido político que los postuló; y un momento diacrónico, que sucede a lo largo de toda la legislatura (periodo de duración del ejercicio constitucional del cargo, según la nomenclatura de que se trate, medido por años: 3, 6, etc.), sustantivamente mediante la formación de grupos parlamentarios y la actualización periódica de sus integrantes, para la composición de comisiones y comités legislativos, basada en la aritmética parlamentaria del número de legisladores obtenidos para incorporarse a los órganos legislativos de deliberación y dictamen. En consecuencia, mientras los partidos políticos son agrupaciones de ciudadanos organizadas para contender en los procesos electorales, postular candidatos e intermediar la voluntad popular; los grupos parlamentarios son agrupaciones de legisladores para la organización interior de las asambleas políticas, cuyos integrantes forman bloques de identidad partidaria o semejanza política, para al desahogo de los trabajos legislativos, derechos y obligaciones de sus miembros, agenda legislativa, alianzas, debates, fijamiento de posiciones, y asignación de recursos humanos y presupuestales.

Dicho de otra manera, si con el partido político se vive el momento de la elección mediante cumplimiento de requisitos, registro y postulación de candidatos, de acotamiento y control de financiamiento público, y de permanencia; con el grupo parlamentario se vive, en cambio, el momento de la función o ejercicio de la acción político-parlamentaria en los órganos estatales constituidos para tareas de representación, de legislación, de control y de gestión. Es a partir de estas dos premisas o realidades concatenadas en el tiempo, siempre sucesivas, pero nunca simultáneas, como se puede valorar si un partido político y sus coaligados, o el grupo parlamentario correspondiente y sus aliados, mejoraron o empeoraron su peso político. Seguiremos…

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