viernes, noviembre 15, 2024

Del cártel de la salud…

Meretrices de los Laboratorios químico-farmacéuticos Pues incapaces de emitir un diagnóstico -por conveniencia o por ignorancia- pues tienen que recurrir a los laboratorios de análisis para diagnosticar cualquier padecimiento…

Para después, recurrir al diccionario médico llamado PLM, para así recetar al paciente el medicamento que ahí les indican; y que, además, generalmente no cura, solo alivia.  Como bien lo dijo el Premio Nobel de medicina, el doctor Richard J. Roberts; quien denunció que la medicina opera bajo un concepto capitalista…

Carentes completamente de la necesaria vocación, de nada sirvieron los estudios durante tantos años para terminar siendo viles agentes de los Laboratorios y dejando morir a las personas frente a los hospitales; y todo porque no tiene dinero para pagarles.  Lo que bien debiera considerarse como un delito…

Son una vergüenza y no pocos debieran ser demandados por negligencia o mala práctica médica.  “Muerodijo el Gran Alejandro (356 – 323) debido a la ayuda de demasiados médicos”…

Y por si las palabras del gran Conquistador no fuera lo suficientemente claras.  Abundo en lo que dijo Moliere (1622 – 1673) “Casi todos los hombres mueren de sus medicinas, no de sus enfermedades”…

Ignorantes, porque es evidente que no han podido -o en el peor de los casos, no han querido- afrontar debidamente la pandemia.  Limitándose a sus ridículas medidas sanitarias que, visto está, no han servido de nada.  Si sirvieran, no habría avanzado el contagio como sí sucede…

Llegando a tal grado su estulticia -o perversidad, el calificativo se deja al gusto del amable lector- de decir que los asintomáticos contagian.  Y, por si eso fuera poco, a confinar a quienes no se someten a sus aberrantes e inútiles disposiciones…

Como multar a quienes no usen el inútil cubrebocas, o se reúnan; lo que viola flagrantemente los Derechos Humanos.  Por lo que los gobiernos son igualmente responsables de lo que algún día será calificado como genocidio…

Bien hacen los ciudadanos que en algunas naciones se han revelado en contra de sus Autoridades; en términos generales, una cuerda de delincuentes.  Como quienes nos gobiernan en México…

Solo hay que recordar que el flamante Secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández, fue quien en su natal Tabasco impuso la entonces llamada Ley Garrote.  Que viene siendo lo mismo que el “Ultraje a la Autoridad”…

“Delito”, mediante el cual, cualquier ciudadano puede ir a la cárcel, si un delincuente, como lo son la mayoría de los policías, lo acusa de haberle faltado al respeto…

O como la “maestra” Delfina Gómez, también flamante ¡Secretaria de Educación! que lo más que les puede enseñar a sus alumnos, es a robarle a los empleados el dinero de sus salarios, para entregárselo a ya saben quién, que hipócritamente presume de honestidad; lo que ya afortunadamente pocos le creen…

Nunca hay que maldecir, como bien me dijo una dama a la que mucho quiero; y ciertamente que no hace falta, pues en esta vida todo se regresa.  Y no vaya siendo que se vean en las mismas de tener que recurrir a los médicos y hospitales donde seguramente les harán pasar por las mismas penurias…

Pero no puedo terminar el presente escrito, sin por mi parte desearles a todos ellos, lo que los viejos acostumbraban decirles a sus enemigos “Les deseo un buen reuma”

Y sin aclarar que no todos los médicos son iguales.  Afortunadamente hay seguidores del Maestro Samuel Hahnemann (1755 – 1843) y de todas las demás disciplinas naturistas que por miles de años aliviaron a la gente antes de que llegaran los nefastos mercenarios que se auto llaman alópatas.

Y nos vemos mañana, si el Sol me presta vida.

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