lunes, noviembre 4, 2024

México continúa sin poner medidas restrictivas mientras contagios por ómicron siguen en aumento

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La variante ómicron del coronavirus arrasa en México, un país que continúa sin cerrar actividades pese a la saturación de los centros de pruebas gratuitas y que suma cifras récord de contagios en los últimos días.

El país, de más de 126 millones de habitantes y que presume haber vacunado a más del 89 por ciento de su población mayor de 18 años, ha registrado en la última semana sus cifras más altas de contagios con un récord de 60 mil 552 el miércoles 19 de enero y varios días por encima de los 50 mil nuevos casos.

Además, el país, sumido en una cuarta ola, acumula más de 303 mil decesos, el quinto del mundo por números absolutos de decesos.

Pese a las cifras, este martes el zar contra la pandemia en México, Hugo López-Gatell, afirmó que, con un incremento del 12 por ciento en los últimos días, “ya se empieza a ver un cambio en la tendencia y esto reduce desde luego la cantidad o el porcentaje de casos estimados que son activos”.

Para el epidemiólogo y académico de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Malaquías López, los niveles de contagios que ha alcanzado México son algo “que no habíamos visto”, aunque precisó que no se puede saber realmente la magnitud de la epidemia.

«Cuesta mucho trabajo poderlo decir con precisión porque en gran medida depende de hacer pruebas y, como no se hacen pruebas, podemos estar en cantidades muy superiores”, aseveró el experto, en relación a la política federal de no aplicar tests COVID-19.

Estela Hernández, pensionada de la estatal Petróleos Mexicanos (Pemex), lamentó este martes la escasez de pruebas para detectar la enfermedad.

En declaraciones a Efe, explicó que cuando acudió a realizarse un test en un hospital de Pemex tardó 12 horas en ser atendida.

“No es justo tener a la gente ahí en el hospital”, lamentó la mujer mientras hacía cola para hacerse una prueba para verificar que ya negativizó la enfermedad en uno de los módulos de atención gratuitos que ha implementado el Gobierno de Ciudad de México.

La mujer reconoció que realizarse un test en un lugar privado no era opción pues pueden llegar a costar hasta mil 500 pesos.

López señaló que el país ha errado en frenar la movilidad de la gente, pues el Gobierno mexicano no ha implementado ninguna medida de control ni cierre de actividades adicional en estas últimas semanas.

Juan Pedro Franco, un comerciante mexicano que dio positivo este martes al COVID-19 tras practicarse una prueba rápida, se dijo consciente de la crisis de contagios que vive el país.

“El asunto es que dejan salir a la gente (…) como en Navidad, y ahí y es donde se despegan otra vez los contagios. Al final a todos nos afecta la situación, pero no podemos parar ni dejar de trabajar”, lamentó.

La pandemia visibilizó un sistema hospitalario lleno de carencias y que, una vez más, empieza a sentir presión por el aumento de casos.

Según datos de la Secretaría de Salud, en las primeras tres semanas de 2022, la hospitalización de pacientes ha crecido sustancialmente.

Mientras que el 2 de enero se registró una ocupación en camas generales del 14 por ciento, en las últimas 24 horas este indicador se incrementó hasta el 43 por ciento. En tanto que para las camas con ventilador, en el mismo periodo el porcentaje pasó de 12 por ciento a 25 por ciento.

Sin embargo, López-Gatell destacó que debido a la continuidad de la campaña de vacunación, esta cuarta ola de COVID-19 registra una “intensidad 70 por ciento menor” en ocupación hospitalaria respecto a la segunda ola de contagios, que tuvo lugar a comienzos de 2021.

Si bien es cierto que los hospitales no se encuentran desbordados, el incremento en la ocupación resulta alarmante para los especialistas, precisamente porque no se han implementado restricciones pese a los elevados contagios.

El gobierno no ha nunca tomado en cuenta la verdadera importancia de esta pandemia”, dijo Malaquías López.

De hecho, México solo paró actividades dos meses en 2020, sin tan siquiera hacer obligatorio el aislamiento social para no perjudicar a millones de trabajadores informales.

Además, el país nunca cerró por completo sus fronteras para no afectar al turismo ni sus puestos de empleo.

Aunque por el lado contrario, fue uno de los últimos países del mundo en apostar por el regreso presencial a clases, que se dio en agosto de 2021, aunque sin los alumnos vacunados.

“Integrarse en esta situación es súper complicado porque algunos todavía tienen miedo”, dijo a Efe Yolanda Serrano, una maestra de primaria que acudió a realizarse un test de COVID-19.

El epidemiólogo aseguró que actualmente no se registra la “catástrofe” de hace un año, cuando había largas filas de gente buscando oxígeno porque había muchos hospitales saturados.

Pero tampoco es “un covidcito” que se quita con té y un ungüento en el pecho, como dijo recientemente el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, quien a comienzos de enero dio por segunda vez positivo a coronavirus, enfermedad de la que ya se recuperó.

El experto lamentó que se haya aprendido tan poco, pues el Gobierno, consideró, sigue en la misma postura de hace dos años, sin promover el uso de cubrebocas, sin realizar pruebas y sin imponer restricciones.

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