jueves, noviembre 21, 2024

Arquidiócesis de Xalapa vive con alegría la llegada y recibimiento de Mons. Jorge Carlos Patrón Wong

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Agencias/Sociedad 3.0

La Arquidiócesis de Xalapa vive con mucha alegría y regocijo la llegada y recibimiento de su nuevo pastor, Mons. Jorge Carlos Patrón Wong procedente de Mérida Yucatán. Son ya muchos los que en forma presencial o a través de las diferentes plataformas de comunicación han tenido la oportunidad de ir conociendo algunos rasgos de su persona.

Hay muchos signos que ya hemos visto y que han ido creando un ambiente de empatía e identificación. La autoridad debe ser vivida siempre como servicio; El arzobispo Patrón Wong se caracteriza por ser una persona cercana, dialoga con todos, se muestra cordial, sencillo, su sonrisa permanente transmite paz, serenidad y confianza; su discurso es claro, preciso, profundo, elocuente y esperanzador; pone mucha atención a sus interlocutores; su persona revela experiencia de Dios y una fuerte espiritualidad. Es un líder religioso carismático que está tocando el corazón de mucha gente.

En su primer mensaje como arzobispo de Xalapa, delineo cuatro pilares que distinguirán su ministerio episcopal: LA GRATITUD, LA SANTIDAD, LA UNIDAD Y LA ALEGRÍA MISIONERA. Eso ha estado haciendo ya en sus diferentes reuniones. El arzobispo ha reconocido y agradecido las tareas de los otros, así empieza normalmente sus diferentes encuentros, insiste que debemos ser santos, que hemos de buscar la unidad en medio de la diversidad y que un cristiano que se ha encontrado con Cristo no puede guardar para sí esa alegría, la debe compartir.

En poco tiempo, el pastor se ha acercado con signos elocuentes a sus ovejas, ha dedicado tiempo y energías para escucharlos, saludarlos, ver sus rostros, intercambiar alguna palabra, darles un apapacho. El sucesor de los apóstoles es consciente de que llega a un pueblo rico en cultura, tradiciones, fe y valores, pero también sabe de las penas que lo afligen, de los contrastes que viven y de las angustias que enfrentan. De ahí que en sus mensajes insiste en temas trascendentales que dan sentido a la vida personal pero también ha tenido palabras proféticas y valientes que lo colocan en una actitud evangélica y en continuidad con sus predecesores.

La feligresía de la arquidiócesis de Xalapa es una comunidad cristiana viva, participativa y comprometida, fruto del trabajo de sus pastores anteriores. La arquidiócesis de Xalapa cuenta con estructuras pastorales sólidas, agentes formados, un buen número de sacerdotes y laicos que hacen que esta iglesia local procure vivir los valores del reino, echando las redes confiados en la Palabra de Dios.

Dios ha sido generoso con nosotros y siempre nos ha dado buenos pastores, cada uno con diferentes carismas y estilos, pero siempre comprometidos y coherentes con las enseñanzas de Cristo y de su Iglesia, cercanos con su pueblo y fieles a Dios.

En su primera semana en Xalapa, Mons. Jorge Carlos ha mantenido un ritmo de trabajo intenso. Su llegada a esta arquidiócesis trae sabor sinodal. Está escuchando todas las voces y quiere reunirse con los diferentes actores de la sociedad. Como lo dijo ante representantes de los medios de comunicación desea escuchar, dialogar, intercambiar puntos de vista, buscar la verdad, ser portador de las preocupaciones de su pueblo.

Ya visitó su seminario, la curia arzobispal, llevó consuelo y ungió a los enfermos de cáncer en su visita al albergue de AHTECA, se encontró con personas de la tercera edad que no tienen algún familiar o que fueron abandonados y que ahora viven otras condiciones en el albergue de Cáritas, allá en el Sumidero; ya se encontró también con las hermanas y hermanos religiosos, con los laicos y con más de 1500 jóvenes que estaban deseosos de estar cerca de su pastor y a quienes contagio con un espíritu esperanzador.

Esta semana que llega, la dedicará a su presbiterio, sostendrá reuniones con los 13 decanatos de la arquidiócesis para conocer a sus sacerdotes, saber de su ministerio, sus proyectos pastorales y las problemáticas que están enfrenando.

¡Que todo sea para gloria de Dios!

Pbro. José Manuel Suazo Reyes.

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