Agencias/Sociedad 3.0
Tras once días de protestas del movimiento antivacunas, que bloquea con camiones pesados el centro de Ottawa y el principal punto fronterizo con Estados Unidos, los manifestantes aseguran que no abandonarán su movilización hasta que caiga el Gobierno del Primer Ministro, Justin Trudeau.
Recorrer las calles del centro de la capital canadiense, junto a la explanada a orillas del río Ottawa sobre la que se asienta el edificio del Parlamento, el famoso hotel Fairmont Chateau Laurier o la antigua estación de ferrocarril de la ciudad, hoy reconvertida temporalmente en sede del Senado, es como pasear por el escenario de una película apocalíptica.
Algunas de las avenidas más grandes y normalmente concurridas de la capital canadiense están desiertas, sin tráfico de vehículos ni de transeúntes.
Según se acerca uno al centro neurálgico de la ciudad, empiezan a aparecer los bloqueos, los coches de policía y los grandes camiones.
Grupos de personas se arremolinan en torno a algunas de las cabinas de los camiones que están en marcha para mantener la calefacción en funcionamiento. Es pleno invierno en Canadá y las temperaturas han caído a -24°C durante las últimas noches.
Los camiones están adornados con todo tipo de mensajes. Y banderas, muchas banderas, de Canadá, de Quebec, y alguna que otra de Estados Unidos.
Algunos de los mensajes pegados a las carrocerías son cartas infantiles en las que se agradece a los camioneros que estén ocupando el centro de Ottawa para preservar las “libertades” que el Gobierno canadiense se ha apropiado.
Pero muchos de los carteles que se ven sobre los camiones reflejan un sencillo mensaje: “Fuck Trudeau” (“Jódete, Trudeau”).
El Primer Ministro concentra gran parte de la ira de los manifestantes, a pesar de que son los gobiernos provinciales los que tienen la responsabilidad de imponer las restricciones que tanto irritan al movimiento antivacunas y a grupos radicales de extrema derecha que dominan las protestas.
Aunque la protesta se inició hace once días para denunciar la obligación de vacunarse que tienen los camioneros que cruzan la frontera a Estados Unidos, rápidamente se puso como objetivo “derribar” el Gobierno de Trudeau.
El manifiesto que circula por Internet de uno de los grupos que ha organizado la protesta señala que el objetivo es la sustitución del Gobierno por otro no elegido en las urnas sino designado a dedo por el Senado, la Gobernadora general del país, Mary Simon, que ejerce de Jefa de Estado, y una junta de los manifestantes.
Y aunque la propuesta es tan insensata como algunas de las conspiraciones que exhiben para rechazar las vacunas, las protestas de Ottawa están empezando a ser observadas con interés por grupos radicales en otros países.
Con información de EFE