Fue muy raro. Al costado del camino hacia el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles vi ardillas caídas, muchas de ellas, cientos quizás, que miraban hacia la emblemática torre de control como aquel meme de Juanga melancólico agazapado tras una palmera.
Yo venía manejando con mucho tiento mientras cruzaba Ecatepunk, temiendo que una mala interpretación ultraderechosa del Waze pudiera acabar en el fantasmagórico Aeropuerto Jelipillo Calderón que, reza la leyenda teporocha, se te aparece después de tres botellas de Tonayán, cinco caguamas o varios shots de tequila.
Al ver todo aquello sí te quedas sorprendido; una enorme infraestructura limpia, esbelta, pulimentada, construida en tiempo récord y con recursos que para Fox, Calderón y mi licenciado Peña apenas les hubieran servido para hacer unas tristes bardas pelonas.
Pistas, museos, hoteles y un homenaje a los mamuts, solo por Operación Mamut, ese gran programa del Canal Once. Lo único malo era que mientras avanzabas tenías que esquivar a las ardillas foxianas, tresequisgonzalistas, loretistas, brozeras, chumelistas y lillytellistas, que andaban ahí como policías chinos catalogando las minucias, catando pendejuelas y checando rabiositos las obviedades.
Me gustó la manera tan serena con la que personajes de los que ya nadie se acuerda como Jorge Berry, Martha Tagle, Markititititito Cortés, el Chuchinero perredista, Fox, echaban chirriantes vómitos contra el AIFA para expresar, con un clasismo que desprestigia al clasismo mismo.
Me cuentan que se elevaron de manera exponencial las ventas de Vitacilina, ¡ah qué buena medicina! Puedo contar la Historia según mis selfies: Omar Fayad con un tinte en cabellos y bigote que ya hubiera querido Chente Fernández; Carlos Slim cruzar cual centella elogiando al AIFA, Kike Alfaro tratando de explicar su presencia en casa de adversarios, el embajador yanqui que venía vestido de Billy The Kitsch, Catémoc Blanco cotorreando con Azcárraga (el único que le hizo caso), Alfredo del Mazo más obradorisa que López Obrado, el General Cresencio Sandoval sonriente (y cómo no, “Misión cumplida”), Andrea Chávez, mi legisladora favorita, que trae a ku klux panistas y prianchucheros pariendo chayotes.
Mi querida Claudia Sheinbaum me conmovió al contarme que su padre era lector de mis textos. Mala onda que la 4T haya terminado el Felipe Ángeles solo para hacer sufrir a las ardillas. AIFA sido como AIFA sido, el AIFA llegó para quedarse.
Jairo Calixto Albarrán