Armando Ortiz
Twitter: @aortiz52 @lbajopalabra
Alejandro Gertz Manero, en su propio laberinto de rencor. Unos diputados piden que renuncie, senadores, que al menos comparezca
No se explica uno el odio que tiene Alejandro Gertz Manero en contra de la familia de su hermano fallecido. Debido a ese odio una mujer de 95 años se encuentra en arresto domiciliario, pues Gertz Manero la acusó de haber dejado morir a su hermano Federico Gertz Manero; su sobrina Alejandra Cuevas está en la cárcel por el mismo crimen. Ahora, una vez que las dos mujeres buscaron un amparo que llegó hasta la Suprema Corte de Justicia de la Nación, el fiscal está metiendo las manos para que ese amparo sea rechazado. En los audios que se filtraron se escucha la manera soez como se refiere a las mujeres, y como lamenta que el ministro encargado del proyecto del amparo no haya cumplido con “lo acordado”. Gertz Manero está en la tablita, su destino queda en manos del presidente de México. De momento los diputados del PAN y del PRD exigen la renuncia del titular de la Fiscalía General de la República. Por su parte los senadores exigen que el fiscal de la nación comparezca ante el pleno para que explique su intervención en las decisiones de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Hace unos días el presidente López Obrador defendió de manera velada a Julio Scherer, su exoperador político ante las acusaciones de extorsión que en la FGR le están planteando. Ya veremos mañana si el presidente también mete las manos al fuego por Gertz Manero.
¿Cómo empezó la bronca? Urge decir que no hubo muertos en la bronca del Corregidora, como si eso redujera la bestialidad de la afición agresora
Toda la tarde del sábado circularon fotografías y videos de la batalla campal que se vivió entre aficionados del futbol en el Estadio Corregidora de Querétaro. La bronca, relatan algunos testigos, inició cuando unos aficionados del Atlas riñeron con unas familias que apoyaban al Querétaro. Dice uno de los testigos entrevistado por ESPN: “No era tanta gente la que se estaba peleando, si hubieran mandado granaderos ahí quedaba todo, pero no hubo nada de seguridad. Literalmente se estaban peleando mientras el partido estaba en juego y no había nadie de seguridad cerca”. De los pocos elementos de seguridad, algunos estaban hablando por teléfono, ignorando la pelea. Ahí empezó todo. Los del Querétaro se calentaron y buscaron la manera de llegar hasta los aficionados del Atlas, no importaba darle la vuelta al estadio. La batalla bajó hasta la cancha, donde los aficionados de ambos bandos se dieron con todo, sin importarles que hubiera niños y mujeres en el estadio. En un principio se reportaron 17 fallecidos, pero una vez que se dio a conocer ese número, desde el gobierno de Querétaro se desmintió, señalando que sólo hubo 22 lesionados, dos de ellos de gravedad. Sin embrago, con muertos o sin muertos, las imágenes hablan por sí mismas. La brutalidad de las escenas espanta, horroriza, pues a pesar que los golpeados yacen inmóviles en el suelo, semidesnudos, todavía hay quien se atreve a lanzarle una patada en la cabeza. No hay explicación ni justificación. El día más negro del futbol en México dicen algunos.
Circula en redes sociales un cuadro de 24 rostros de quienes supuestamente son responsables de lo ocurrido en el Corregidora; ¿está bien compartir eso?
Pocas horas después de la bronca ocurrida en el estadio Corregidora de Querétaro, empezó a circular un cuadro con los rostros de 24 supuestos aficionados que se dice participaron en los hechos violentos ocurridos la tarde del domingo en el juego entre los equipos de futbol del Atlas y Querétaro. Ninguna autoridad subió las fotos a las redes, seguramente fue alguien que estuvo compilando fotos de lo ocurrido y le pareció buena idea armar un collage y acusar a esos rostros de haber participado en la masacre; advertimos, ninguna autoridad es responsable de este cuadro, ni se pide que se les denuncie. Quien lo subió está violando de entrada el derecho de presunción de inocencia, pero no sólo eso, también está incitando al linchamiento. Puede ser que entre esos rostros haya personas que participaron en la bronca, puede ser que entre esos rostros haya personas que agredieron a otros, pero también puede ser que algunas de esas personas nada tuvieron que ver con la bronca y sólo se defendían para salir del lugar o defendían a sus familias. Pero todo eso no se puede determinar a partir de una fotografía, a partir del criterio de un ocioso que de manera arbitraria pudo haber metido en ese cuadro a cualquiera sólo porque le pareció que era gente mala. Mal hacemos compartiendo ese cuadro que no busca hacer justicia a las víctimas, sino que sólo propicia un clima de linchamiento.