De la misma manera en qué hay nostálgicos del socialismo realmente existente y creen que Putin es la momia de Lenin que ha escapado del Kremlin, hay un montón de entusiastas del presidente ucraniano al que confunden con una especie de mesías antisoviético que los ha seducido con su discurso sensiblero, patriotero y cursi, extraído de los guiones de sus telenovelas whitexicanista de los Cárpatos.
Una combinación entre el subjefe Diego, Markitititititito Cortés, Margarita Zavala y Esteban Arce, por eso personajes de una intelectualidad superior como Leo Suckerman y Chumel Chones tienen orgasmos nada más de ver las fotos de Zeleneski en uniforme militar, que son más posadas que las de María Félix en la Plaza México. Bueno, el youtubero mostró una lascivia muy particular con una imagen en blanco y negro, nada efectista, del expresichente Jelipillo trepado en un caballo con el lábaro patrio en mano, mientras era escoltado por cadetes del colegio militar. El pobre creía que Jelipillo iba a tomar Zacatecas cuando en realidad así salía a comprar las caguamas al perro Oxxo.
El melodrama ranchero, el favorito de mis pecados, muy popular entre la tropa del sector opositors que, a la menor provocación, hace un Loret con neymariña invertida. Ahí tiene nada más y nada menos que el afectado histrionismo de Ciro Murayamasamí que, ante las críticas por ser un árbitro pior que los del VAR, publicó un tuit que ni Sara García hubiera firmado en Cuando los hijos se van y que terminó siendo un remake de No manches, Ciro, digo Frida. Solo era una charla probablemente aburrida y sin gracias, no la toma de la Bastilla.
Algo tan naïve como las medidas de la ONU y la FIFA en contra de Rusia confundiéndola con Cuba. O el promocional de la OTAN que parece un homenaje a la publicidad de Colors by Benetton de los 90 que debe tener temblando a Vladimir Putin que es un sátrapa de verdad y no Robertico Limonta Madrazo haciendo ñaca ñaca mientras deposita las quincenas de Ladillus.
Zeleneski, es la versión báltica de Bob Roberts, el filme del maese Tim Robins, donde encarna a un ultraderechoso lozanesco que para ganar elecciones se hace la “vístima” y se finge parapléjico para jalar la marca de la empatía.
Ya lo de Lilly Téllez dando el muy predecible lillytellazo del día diciendo que la propaganda de la 4T es hitleriana y que Putin es bolivariano y morenista, está como para que le den chamba de hostes en la Embajada tamalera.