“Antígona.”
Mtro. José Miguel Naranjo Ramírez.
“Antígona” es la pieza teatral que cierra el ciclo denominado “Tebano”, recordemos que esta trilogía la integran las obras: “Edipo Rey” y “Edipo en Colono”[1]. Rememoremos que Edipo por disposiciones del destino asesinó a su padre y se casó con su madre, al paso del tiempo al descubrirse que Yocasta era su madre y esposa, este hecho ocasionó la muerte de su madre al no soportar saber que su hijo era el esposo y padres de sus cuatro hijos quienes a la vez podrían ser sus hermanos. Con la muerte de Yocasta, Edipo vivirá errante, sólo comprendido y amado por sus dos hijas Ismene y Antígona; en Edipo en Colono conocemos el final de este trágico personaje, incluyendo la muerte de sus dos hijos Polinice y Eteocles, quienes se mataron por la ambición de heredar el trono del padre, al llegar a esta tercera pieza nos encontramos con Antígona e Ismene, únicos personajes vivos de esta trágica familia, ¿Qué pasó con Antígona? ¿Por qué es considerada una heroína? ¿En qué consiste su tragedia? vayamos a ella.
Con la muerte de los hermanos Polinice y Eteocles, la dinastía directa de Edipo no sólo quedaba erradicada del poder, sino estaba a punto de desaparecer sobre la faz de la tierra, quien gobernaba la ciudad de Tebas era el primo de Edipo llamado Creón, este tirano gobernante al saber que sus sobrinos habían muerto ordenó que sólo uno de ellos fuera debidamente sepultado, y que Polinice no recibiera sepultura para que se lo comieran los animales. En el reino de Tebas quien desobedecía un mandado del soberbio Rey Creón, padecía la pena de muerte, Antígona no soportó la inhumana y autoritaria disposición del Rey y decidió sepultar a su hermano, aquí este emblemático personaje que en gran medida representa la libertad de la mujer para decidir, argumenta detalladamente cómo cuando una ley es injusta, tiránica, violatoria de todo derecho, ley que va contra la razón misma, no tiene porque ser respetada:
“Antígona: Porque esas leyes no las promulgó Zeus. Tampoco la justicia que tiene su rostro entre los dioses del Averno. No, ellos no han impuesto leyes tales a los hombres. No podía yo pensar que tus normas fueran de tal calidad que yo por ellas dejara de cumplir otras leyes, aunque no escritas, fijas siempre, inmutables, divinas. No son leyes de hoy, no son leyes de ayer…son leyes eternas y nadie sabe cuándo comenzaron a regir.
¿Iba yo a pisotear esas leyes venerables impuestas por los dioses, ante la antojadiza voluntad de un hombre, fuera el que fuera? ¿Qué iba yo a morir…bien lo sabía, quién pudiera ignorarlo?”
En esta bella obra Sófocles en el siglo V antes de nuestra era, ya le da la voz a la mujer, y no tan sólo eso, le otorga carácter, personalidad, voluntad, dignidad, porque cuando Antígona se reúne con su hermana Ismene y le pide ayuda para enterrar a su hermano, Ismene duda, argumenta que ellas son mujeres y no deben oponerse a los mandatos de los hombres, Antígona la trata de cobarde, y decide emprender el proyecto. Al poco tiempo Creón se enteró que Antígona desobedeció su mandato y es arrestada, la orden del déspota Monarca es la pena de muerte para Antígona y el destierro inmisericorde para Ismene, en este contexto aparece la figura de Hemón, hijo de Creón y novio de Antígona. Hemón respeta y ama a su padre, pero en la obra representa ser un joven juicioso, justo, razonable, y habla con su padre para tratar de convencerlo de que la ley que pretende aplicar es injusta y no sólo porque él está enamorado de Antígona, sino que todo el pueblo de Tebas ve mal tanta agresividad.
Cuando padre e hijo dialogan, Sófocles en boca de Creón nos enseña cómo hasta en el mundo más civilizado la mujer ha sido tratada con menos valor y como símbolo de maldad, recordemos que la propia Biblia es machista al señalar que Adán es víctima de Eva, en palabras de Creón: “¿Qué es la mujer, oh hijo? Un puro placer que envenena la mente, y enajena el corazón. Su abrazo es hielo puro, sí, ella es malvada. No, no hay llaga más maligna que un ser que ha de vivir junto a nosotros y es un malvado.”
Hemón expone los argumentos a su padre, le dice que lo perdone, pero que se está equivocando, que su actuar es inhumano e insensible hasta para los propios dioses, que lo respeta por ser su padre, empero, lo único que ve es a un Rey ensoberbecido y que su arrogancia lo ciega, literalmente expresa Hemón: “Pero no te aferres a tus opiniones. No tengas por verdad inapelable lo que tú piensas. No eres el dueño de la verdad tú. Y aquellos que se obstinan en ser sabios sobre todos, sabios únicos, y tener una palabra que vence, si los sometemos a pruebas resultarán vacíos. Podrá muy sabio ser un hombre: jamás es para él una afrenta el recibir sabiduría de otros y no ser demasiado apegado a sus pareceres.”
Creón se mantendrá firme en su cruel resolución, ya en la parte final de la obra el miedo lo hace detenerse, busca no tan sólo cambiar su sentencia, sino que va a darle debida sepultura al hermano de Antígona, sin embargo, Heráclito enseñó que las oportunidades perdidas nunca regresan, y cuando el engreído Rey quiso reaccionar ya era muy tarde, porque su amado hijo Hemón se había dado muerte al lado de su bella Antígona, y como las tragedias nunca llegan solas, la madre de Hemón llamada Eurídice al saber de la muerte de su hijo, también se suicidó; para este entonces de nada sirven los quejidos de dolor del caprichoso Creón, por eso la gran enseñanza consiste en tratar de nunca cegarnos ante la razón, sin ella somos seres bárbaros, insensibles, e inhumanos.
En cuanto a Antígona, su grandeza estriba en liberarse de las disposiciones e imposiciones del eterno autoritarismo machista. Si Eva nos liberó de la ignorancia oponiéndose al egoísta y autoritario Dios, y con ello nos otorgó la libertad del saber, el deseo por el saber; Antígona representa la liberación de la mujer, la capacidad de la mujer de decidir, en esencia, la voluntad de la mujer, el carácter de la mujer, la grandeza de la mujer…allí están los clásicos, siempre los clásicos…
Fine a este mes dedicado al teatro.
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[1] A los interesados les comparto las ligas donde están los artículos que escribí sobre: “Edipo Rey” y “Edipo en Colono”. El contexto en que se abordó esta temática es diferente a la actual, sin embargo, en ambos artículos se desarrollan ampliamente las historias de las obras que ayudarán a comprender la trama completa de la trilogía.