Por Cirilo Rincón Aguilar
NI A QUIEN RECLAMAR NADA
Distraídos como nos tienen en temas tan ociosos como la reelección presidencial, la Revocación del Mandato, la Ley Minera, la extinción del INE,, la carcel para el brother ex presidente Enrique Peña Nieto, o; las denuncias penales de Mario Delgado, dirigente nacional de Morena, para encarcelar a los enemigos de México, ni cuenta nos damos -en apariencia- de temas que laceran el día a día de los hogares mexicanos.
Mucho se ha dicho y publicado en relación al aumento de los indices de pobreza en medio de una política de Estado que se supone trabaja para remediar este flagelo nacional.
Poco o nada resuelven las medidas asistenciales y el págo de pensiones a adultos mayores, frente al asfixiante incremento a los indices de precio al consumidor que somos todos los habitantes de este golpeado país.
A la depresión económica derivada de las extorsiones, robos y secuestros a productores agropecuarias, comerciantes ambulantes y medianos empresarios, -los grandes ya no están en el país- se suma la inflación que tiene por las nubes los precios de la tortilla, huevo, aceite, carne, chiles, limones y naranjas por citar algunos productos de la dieta alimenticia.
En pocas palabras, la inflación según datos del CONEVAL, ( Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social) la pobreza en México aumentó del 41.9 a 43.9%, lo que representa un 3.8 millones de mexicanos mas en situación de pobreza extrema de 2019 a 2021.
«De mal en peor» escribió el articulista de Diario de Xalapa Helí Herrera, si algo le faltaba al clima de inseguridad que vive el país, el jueves pasado el INEGI (Instituto Nacional de Estadística Geografía) nos recetó la mala noticia que el índice nacional de precios al consumidor se ubicó en 7.72% en el primer cuatrimestre del año. Este nivel no lo habíamos vivido desde el año 2001.
Si por esto votó la mayoría de mexicanos en 2018, 2021 y 2022, ni a quien reclamar nada diría el clásico.