Se ve que en el mejor estilo de Lilly Téllez, las grandes masas del sector opositors padecieron muy gacho de sus siete hernias y no pudieron ir a marchar contra la Consulta de la Revocación de mandato ni a favor de salvar lo que queda del INE. Lástima, Margarito, que todos esos millones de bots que pululan en las redes, no pudieron salir de sus ranchos electrónicos a dar la batalla contra el comunismo y a favor de Claudio XXX, el fifí mayor, solo porque se les torció la pata, ¡no lo puedo creer!
Tristemente, y no por falta de cariño, ya es como la quinta vez que a los fifís que son legiones (bueno, medio cuarto de legión), les sale chueca la estrategia y terminan como Gilberto Lozano mirando cómo el viento se llevaba las tiendas vacías de FRENAAAAAAAAA en el Zócalo. Tanto tuit, tanto retuit, tanto jéiter y tanto troll y juntaron menos personas que las tlayudas de doña Lupita en el AIFA. Pero es que también, a quién se le habrá ocurrido inventar la etiqueta #TerminasYTeVas que parece una campaña del Yourporn. Así no se puede.
Y peor idea la de acudir a Brozo, el Trujillo tenebroso, para que entrevistara a modo a Ciro Murayamasamí (eso se lo enseñó Loret) con el único fin de mal hablar de la Consulta por la Revocación de mandato. Nada más anticlimático que ver a dos señores, vestidos como el payaso de IT, mostrando sus bruñidos destos, tratando de defender la democracia haciendo un antidemocrático llamado a no votar. Es como si el árbitro designado para un América-Pumas apareciera echándole porras a los pollos con los de la Monumental. Se ve un poquito mal, pero nada más tantito.
Y ya cuando ves que en la movilización al ChikiliQuadri se desprestigia a sí mismo más rápido que un RT del expresichente Jelipillo (¿por qué no habrá acudido a la cita combativa don Calderón, se habrá tropezado con una cáscara de Bacardí, o solo habrá mandado a Margarita para que paseara a sus fotocopias?), más aún después de dirigirse de manera muy viril y decimonónica y decir “señor” a una diputada trans.
Y luego tener ahí al chuchichero perredista y sus rémoras que desalientan cualquier ánimo revolucionario pero ultraconservador, no fue la mejor elección. Lo siento por los fifís que hacen su lucha, pero es que no hay tantos fifís como uno quisiera, pues lo que medio abunda son falsos fifís que se creen fifís pero que nunca llegarán a ser verdaderos fifís.
Qué bueno que estoy herniado, para no ver esas visiones.