No sé qué fue más estrambótico, la aparición de Osorio Chong en el TikTok (cuando vi que estaba de TT pensé que al fin lo habían agarrado), Alex Lora convertido en un mal imitador de Brozo, o Humberto Moreira, el rey de la moreiriña y del chúntaro style, señalando a su hermano (aquel que anunciara la muerte del neoliberalismo en el PRI para luego resucitarlo al votar en contra de la Reforma eléctrica) y su señora esposa, Carolina Viggiano, como los amos y señores del fraude electoral. Ya para que un master en la materia diga estas cosas hasta con cierta envidia, es que Rubén y la Caro son supersayayines de la alquimia, el acarreo y el embarazo de urnas.
Claro, Humbert Moreira es un costal de mañas y al decir que apoya al candidato de Morena en Hidalgo, Julio Menchaca, también le da el beso del demoño.
ambién estrambótica fue la declaración de Markitititititito Cortés que afirma que su proyecto de nación es de “aspiracionistas” que trabajan y que contrasta con el proyecto de “aquellos que simplemente esperan que papá gobierno les resuelva todo…” O sea, viniendo de alguien que ha vivido de lo que papá gobierno le ha proveído y que como presichente del KukluxPAN busca que papá gobierno regrese a la Dictadura perfecta en beneficio de la Coparmex. Mil veces diputado y político profesional, varias veces perdedor con Gustavo Madero y Ricardo Anaya, no es que Markitititititito sea un notabilísimo aspiracionista, ni un gran emprendedor, cuyo mayor logro es haber convertido al PRI y al PRD en rémoras del PAN.
El colmo de Cortés es ni siquiera saber diferenciar entre sus ganancias netas y las brutas. Bueno, hasta Alititititititito Moreno sabe por cuánto extorsionar a los señores Ramírez de Cinépolis. La verdad, si yo fuera dueño de Cinépolis les hubiera dado hasta menos: el PRIcámbrico temprano es un partido al borde de la extinción, sin rumbo ni certidumbre, rancio y artrítico, ¿para qué invertir en un desastre? Solo Claudio XXX González en su rencor infinito contra AMLO, ha sido capaz de invertirle al partido tricolor y, peor aún, a los Chuchos del PRD, solo para que le pierdan el asco a los panistas.
Pensándolo bien, no creo que el extraño retorno de Osorio Chong haya sido gratuito, en realidad busca ser un influencer como Samuel García, el primer tiktokero de Fosfoleón.
Estrambóticos se han de haber puesto Lilly Téllez, Alazraki y la odiontóloga Ximénez cuando vieron al doctor López-Gatell en la OMS.
Jairo Calixto Albarrán