Nos resistimos como sociedad a enfrentar la extraordinaria complejidad del mundo actual. La realidad dejó de ser de ensueño o fantasía, ahora es compleja en todos sus frentes. No hay conocimientos lo suficientemente profundos como para asumir que ya comprendemos la realidad en toda su complejidad, todo lo que podemos hacer es articular respuestas posibles y aprender de nuestros errores lo más rápido posible, ya no tenemos tiempo.
No sabemos a ciencia cierta qué camino debemos tomar como sociedad, algunos apuestan seguir con los combustibles fósiles como opción de desarrollo; algunos otros deseamos dejar de contaminar el aire que todos respiramos y explorar la posibilidad de energías más limpias; otros van más al extremo, parar el desarrollo totalmente, regresar al origen agrícola de la especie humana.
Yo soy más de ubicarme en el centro, no encuentro posibilidad alguna en regresar a una cultura agrícola casi de subsistencia en un planeta con casi ocho mil millones de seres humanos. Tampoco veo posibilidad alguna de seguir con una sociedad del úsese y tírese donde los recursos naturales les damos el trato de infinitos. Estoy convencido que es justo en la mitad donde encontraremos la posibilidad de construir una viabilidad de la humanidad, una donde pequeños sacrificios de todos resulten en una serie de pequeños avances acumulados.
Estoy convencido que la mejor política ambiental que podríamos hacer en nuestra ciudad no es cuidar un par de hectáreas de un predio urbano, una gran política sería modernizar el transporte público de la zona metropolitana de Xalapa y de la mano, conforme avance esta modernización, encarecer seriamente el uso del vehículo particular. Este plan podría tener un horizonte de unos 5 años y tendría resultados positivos pronto.
Otra política que podría implementarse sería limitar el crecimiento de la mancha urbana, fijar de forma clara hasta donde queremos que crezca nuestra ciudad. Fijar este límite y vigilarlo seriamente. Los que sean propietarios de bosques o áreas de valor ecológico, pagarles bien por sus servicios ambientales a la ciudad.
Hace unos 40 años toda la zona poniente de la ciudad, lo que ahora son las colonias de Lomas del Seminario, eran una serie de bosques con pequeños arroyos, se trataba en todo caso, de áreas que debimos proteger y cuidar, ahora todo eso son colonias populares mal planeadas y peor construidas, con infraestructura deficiente y pobre accesibilidad.
Muchas de estas colonias son invasiones de lideres de colonia de la mano de políticos corruptos que no les ha importando en nada la ciudad, se trataba de terrenos ejidales donde arrasamos con cientos de hectáreas de áreas boscosas. Todo lo hicimos mal.
Xalapa creció sin orden ni planeación, lo poco que se hacía según las normas pasaba por la báscula de alcaldes corruptos donde un cambio de uso del suelo representaba dinero fácil. No fueron solo los de antes, los de ahora también le entraron con gusto y felicidad.
A nadie le ha importado la ciudad, todos se han servido de ella y son muy pocos los que quieren retribuirle lo que les ha dado. Empecemos con acciones sencillas y fáciles de implementar, nada que requiera millones de pesos, solo voluntad y las ganas de hacer las cosas lo mejor posible.
Les regalo unos ejemplos: Densifiquemos la ciudad, sobre todo las zonas de la ciudad que han envejecido y que en sus perímetros contienen la mejor infraestructura de Xalapa, esto se puede iniciar vigilando que nadie en el municipio quiera sacar ventaja personal para “facilitar” los tramites. Promovamos el uso de suelo mixto.
Este ejemplo y un programa inteligente de transporte público y movilidad urbana serían detonadores de otras pequeñas acciones a ejecutar, no estoy hablando de trenes ligeros ni teleféricos, me refiero a acciones sencillas y transformadoras.
Otro ejemplo, reunamos a un Consejo de la Ciudad, que recojan distintas necesidades y se elabore un programa de ordenamiento urbano que responda a Xalapa y no a las ideologías trasnochadas de los alcaldes en turno. Podríamos elaborar un catálogo de obras prioritarias que no sean resultado de compromisos electorales.
Este año Xalapa llegamos a los 35 grados de temperatura, en un par de años estaremos rascando los 40 grados, a las autoridades, créanme, no les importa. Se resisten a ser modernos y a construir soluciones complejas a problemas extraordinariamente complejos que tenemos que enfrentar.
Recuerden, regular en exceso el suelo urbano y limitar el crecimiento solo tiene dos consecuencias y las dos son nefastas. La primera es que el crecimiento se hace de forma ilegal y la segunda, es que la vivienda con regulaciones en exceso se encarece en exceso.
Nos encantaría que por ley todos los terrenos fueran de 400 m2 con el 50% de área verde con vegetación en estratos diferenciados y sistemas de captación de agua pluvial y energías limpias obligatorias. Sería fabuloso, lo único malo es que pocos podrían pagarlo. Las regulaciones los ricos pueden absolverlas, los pobres evitarlas y las clases medias sufrirlas.
Pensemos en soluciones inteligentes, estudiemos lo que han hecho en otros países, sentemos las bases del cambio de nuestra ciudad.
Insisto, en un par de años tendremos muchos más problemas de agua y andaremos rascando los 40 grados de temperatura.
Otra solución que se me ocurre, que el CMAS sea una empresa seria y bien administrada y no un nido de aviadores para cumplir con los compromisos políticos como lo ha sido desde siempre.
Soluciones hay, lo que nos faltan son voluntades.
Jorge Flores Martínez
Twitter: @jorgeflores1mx