A pesar de que la evidencia científica ha demostrado que ni la ivermectina ni la azitromicina sirven para tratar la Covid-19 y de que la guía de tratamiento de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la del mismo Gobierno de México desaconsejan su uso, médicos del sector público y privado continúan recetando los medicamentos a pacientes positivos al virus.
“No entiendo qué pasa que somos tan impermeables a la evidencia, la evidencia es franca, no debe usarse ivermectina ni azitromicina para tratar Covid, por qué algunos lo siguen usando, no tengo explicación, me parece increíble. Se descuida la oxigenación por sobremedicar a la gente, creo que esto señala que algo está mal en el sistema primario de atención”, asegura el doctor Alejandro Macías.
Diana Reyes tiene 47 años y vive en la Ciudad de México. A principios de junio comenzó con los primeros síntomas de Covid-19.
“El doctor me dijo que el tratamiento era ivermectina por tres días, azitromicina por cinco, un jarabe para la tos, ibuprofeno y paracetamol. Cuando llegué a la farmacia, la señorita del mostrador me dijo que ese tratamiento de azitromicina era demasiado y ahí comencé a dudar, de hecho yo ya sabía que la ivermectina, por ejemplo, era para los piojos”, explica Reyes.
Infectólogos coinciden en que el error en la medicación podría tener origen en la desactualización de los médicos y el negligente ejemplo del gobierno de la Ciudad de México de entregar ivermectina y azitromicina a más de 200 mil personas positivas a Covid. Lo anterior, como parte de un “cuasiexperimento” que nunca fue autorizado por los pacientes y que se publicó en una revista de sociología, misma que finalmente lo eliminó por considerarlo “falso y engañoso”.
“Los médicos que lo indican no están lo suficientemente actualizados, para médicos generales no ha habido una campaña franca (…) Después del famoso estudio cuasiexperimental de Pepe Merino, después del kit de la Secretaría de Salud de la Ciudad de México y del kit del IMSS que traían ivermectina, si no has tenido tiempo de actualizarte, vas a seguir utilizándolo, cuando está confirmado: no funciona”, afirma Luis Natera, especialista en neumología y medicina crítica por la Universidad de Washington.
Así como sucedió con Diana, a Fernando Rodríguez le ocurrió lo mismo en Querétaro: “Empecé a sentir molestias en la garganta y dolor de cuerpo, dije: ‘aquí algo no anda bien’ y es cuando decidí hacerme una prueba de antígenos (…) Ya que me llegó el resultado positivo busqué al doctor y me recetó varias cosas, entre ellas, ivermectina y azitromicina. Me dijo que ese era el tratamiento para Covid”.
Ni a él ni a su esposa les dio confianza. “Lo primero que pensamos fue investigar sobre los medicamentos, preguntando ya nos dijeron que esos medicamentos no correspondían (…) pues no se trata de una bacteria, es un virus. Lo único que he tomado es paracetamol para el malestar del cuerpo y ya me siento bien”, explica.
El uso de azitromicina, antibiótico recetado principalmente para tratar infecciones de vías respiratorias, se administró al inicio de la pandemia para tratar a pacientes hospitalizados. Sin embargo, desde los primeros estudios, científicos advirtieron que no servía para reducir la carga viral y que, por el contrario, podría afectar a los pacientes.
“Este antibiótico es muy común utilizarlo para el asma y para la neumonía bacteriana, y los médicos lo quieren extrapolar al Covid, desde junio de 2020 está demostrado que no funciona en lo absoluto. ¿Cuál es el riesgo de tomar antibióticos cuando no los necesitas?, específicamente los macrólidos, como la azitromicina, tienen riesgo de arritmias, claro que sí hay efectos secundarios”, asegura Luis Natera.
Alejandro Macías advierte que el error en la medicación no se limita a la ivermectina y azitromicina: “Todavía hay quienes siguen dando dexametasona para Covid, que es un error fatal, eso incrementa la carga de virus, eso puede hacer debutar una diabetes, puede incrementar las infecciones por hongos y se sigue haciendo”.
Como sucedió en la anterior, la nueva ola de contagios de Covid-19 en México afecta a menores de todo el país. Se trata del grupo etario más vulnerable, pues las autoridades los han vacunado a cuentagotas. Apenas ayer el gobierno federal anunció que abrirá el registro para que niños de 5 a 11 años reciban su primera dosis.
Con el aumento de contagios, aumentaron las recetas de ivermectina y azitromicina, también en menores de edad.
“Nos preocupa porque los niños son mucho más sensibles a tener efectos secundarios por estos medicamentos y también, en el caso de la azitromicina, a que el virus tome más fuerza o que lleguen virus oportunistas; porque todos los antibióticos siempre barren un poco las defensas normales de un niño”, considera Karen Rosales, pediatra-neonatóloga.
“Nos da vergüenza ver todavía recetas con ivermectina, con azitromicina, con oseltamivir, para un paciente que tiene Covid y hay muchos estudios que demuestran que no tiene ninguna utilidad”, agrega Rosales.
La pediatra alerta también sobre los casos de Long Covid o Covid largo en menores: “Aunque no pone en gravedad a los niños, sí les puede ocasionar algún problema en el futuro, como dificultad para ganar peso..(…) Por ejemplo, un niño que a los dos meses pesaba cinco kilos, ahora que lo vi, pesa ocho kilos y tiene año y medio. Era un niño que iba normal, solamente que le dio Covid a los tres meses”.