viernes, noviembre 22, 2024

La violencia, el tema de hoy.

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¿A partir de cuándo la violencia se ha convertido en parte inherente del costumbrismo mexicano? No es vana la interrogante si la analizamos a partir del contenido cotidiano de los medios de comunicación nacional a cuyo trasluz se entrevé la cruda realidad de nuestro entorno social. Para ese efecto, revísese cualquiera de los diarios de circulación nacional así como los innumerables portales de la internet y se podrá encontrar un sinnúmero de noticias relativas a homicidios, enfrentamiento a balazos entre las fuerzas del orden y los delincuentes, o entre grupos criminales de diferente cártel, o de feminicidios por doquier, y ya no es noticia que produzca extrañeza el asesinato de periodistas, con todo lo que esto implica. Ríos de sangre corren por las calles de México, se oye decir desde la curia, indignados como están por la agresión a sus sacerdotes y que, como organización social extendida en todos los rincones del país conoce muy a fondo las dolencias de la comunidad nacional. Por su parte, los empresarios, rehenes de la extorsión de que son víctimas, claman por el respaldo gubernamental; los ganaderos sufren por el abigeato que devasta a sus disminuidos hatos sin encontrar el apoyo necesario, y muchos etcéteras más pudieran incluirse en el desolado horizonte social de nuestros tiempos. Ese panorama se agrava ante la aparente impotencia gubernamental para hacerle frente al dejar en la indefensión a la población mexicana. El problema no es nuevo, es un fenómeno de mucho tiempo atrás y cometeríamos torpeza pretender siquiera atribuirlo al descuido del actual gobierno, no obstante, es procedente exigirle una más eficiente atención, pues fue uno de los planteamientos de campaña más recurrentes en 2018 ofrecer resolverlo en los primeros meses del gobierno entrante. Se entiende, no que sea fácil, ni es tarea para resolver en corto tiempo, aunque exige de aplicar una estrategia de auténtico contenido preventivo, invisible hasta ahora. En el amanecer del Estado Moderno, se establecieron como variables fijas, entre otras, tres justificaciones fundamentales para afirmar su existencia: la Educación, la Salud y la Seguridad. Con ánimo de no “politizar” la opinión sobre el grado de cumplimiento o incumplimiento gubernamental respecto a la atención a dichas variables, se deja al criterio de cada quien esa tarea, pero sin duda, es inocultable el grado de violencia que ha invadido al escenario social de nuestra preocupante actualidad, y lamentablemente intentar resolverlo con abrazos es quimera pura.   

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