Sigo explicando por qué la “Cuarta Transformación” está tratando de ser convertida en las “Cuatro Transformaciones” y de qué manera el discurso de López Obrador es cada día más radical y tiende hacia la idea de que su “movimiento” es lo mejor que le ha pasado a México en su historia (incluidas las gestas heroicas de Hidalgo y Morelos, de Juárez, de Villa y Zapata). Por ello, dice en su mensaje incendiario que todos los mexicanos debemos acogernos a sus bendiciones y beneficios, porque no hacerlo significa una “traición a la patria”. De este tamaño.
Ya dije ayer que a partir del nuevo modelo educativo que están proponiendo para la currícula de la educación inicial intentan adoctrinar a los niños y los jóvenes estudiantes mexicanos, de modo tal que, por ejemplo, el lopezobradorismo nos va a sacar del colonialismo, y va a “decolonizar” (¡recontrauf!) la educación que reciben las nuevas generaciones. Es decir, que nos va a sacar de la Colonia, esa misma que terminó el 27 de septiembre de 1821 con la Independencia de México, pero que AMLO y sus seguidores más cercanos consideran que ha seguido viva en su dominación.
Estos “salvadores de la patria” también van a ahondar y ahora sí vencer en la lucha entre liberales y conservadores, que todos creíamos que había ganado don Benito Juárez pero que continua viva en el discurso diario de Andrés Manuel, quien fustiga a todo aquel que esté en contra de la 4T y que no siga fanáticamente sus ideas y ocurrencias, con el anatema de llamarlos “conservadores” (o sus sinónimos “adversarios”, “fifís”, “traidores”, “chayoteros”, “mafia del poder”). Así, una vez que impongan su voluntad en todos los órdenes de la vida nacional, vencerán a la derecha diabólica con la pureza de la izquierda angelical. Y de esa manera la 4T conseguirá completar la segunda transformación.
Con la tercera transformación promueven la idea de que llegaron al poder no por medio de una elección democrática y un partido político, sino que lo hicieron a través de una insurrección popular, una “revolución”. Por eso es que insiste tanto su Patriarca en que Morena no es un partido sino un movimiento. De esa manera, pretenden que no hubo una llegada al poder administrativo a través del voto popular sino una toma del poder con la fuerza del pueblo, y así pueden desaparecer todas las instituciones que no permiten la “dictadura del proletariado”. De esa manera conseguirán por fin el triunfo de la Revolución de 1910.
La 4T, entonces, es presentada por su Mesías tropical como el único cambio verdadero y real que ha tenido el país, y a partir de esta falsa premisa piensa que todos los mexicanos deben agachar la cabeza y seguir sus divinas indicaciones, so pena de ser lanzados al infierno de la ignominia.
Pero hay un pueblo bueno y honrado que no quiere ninguna revolución en este momento, que cree en la democracia y persistirá en que las cosas mejoren desde ese modelo. Y nunca desde el comunismo, como se atrevió a exigir ayer, pública y graciosamente, el Subsecretario de Educación Superior Luciano Concheiro Bórquez.
Hay que verlos nomás.