EL TIEMPO, así parece, le está dando la razón a Dante Delgado Rannauro, quien no ha querido involucrarse directamente con la coalición de los partidos políticos tradicionales, desechando, sin duda, las invitaciones recurrentes para integrar la unidad política con rumbo a las elecciones del dos mil veinticuatro.
No ha querido, que se sepa, señalar la verdadera razón que tiene para no aceptar la conjunción de esfuerzos políticos con el PAN, el PRI, y el PRD, aún cuando sabe de sobra que su participación política, con su propio candidato, no daría los resultados políticos que se buscan en un proceso electoral de la dimensión tan importante como es la presidencia de la república, y en Veracruz, la gubernatura del Estado.
Es bastante extraño que Dante, se encuentre esperando el tiempo político, para poder definirse, aunque muchos le dan la razón, en virtud de que no existe la absoluta certeza de que dicha unidad política, pueda, en determinado momento, funcionar como todos creen. Tal vez, esta sea la razón que tiene Dante, para no aliarse, desde ahora, pues teme, como ya se ha visto en más de dos ocasiones, que la famosa coalición, pierde fuerza y se desvía por otros senderos que no son, exactamente, los que quieren los partidos políticos.
Primero fue el PAN, qué de buenas a primeras, dio señales de que no le interesaba la participación dentro de la coalición, al mostrar su carta para las elecciones del estado de México. Luego, ha sido el PRI, con todos los problemas que ha tenido su dirigente nacional y que muestra, también, que no tiene una cohesión política suficiente como para estar dentro del bloque opositor.
Quizá sea todo esto lo que ve Dante, y por eso, decide esperar hasta el último momento para ingresar en estos acuerdos de los demás partidos políticos. Movimiento Ciudadano, ha crecido, sin duda alguna, pero no es suficiente lo que tiene, hablando de estructura política, para poder enfrentarse a Morena, qué de alguna manera, está en el poder y tiene los recursos económicos, políticos y tácticos para mantenerse por un sexenio más.
El tiempo político de Dante, quizá no llega todavía, cuando menos para aceptar la invitación a formar parte de los acuerdos políticos de la coalición. Dante, es de los políticos más experimentados en el quehacer público nacional y estatal.
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LA CUENTA REGRESIVA PARA LÓPEZ OBRADOR.
AL FINALIZAR ESTE MES, el presidente López Obrador, estaría entrando en su fase regresiva al iniciar la tercera y última parte de su gobierno. Como es bien sabido, su sexenio terminará el treinta de septiembre del dos mil veinticuatro, quedándole, en consecuencia, dos años para terminar sus proyectos que hasta este momento no se encuentran en funciones muy a pesar de haberse inaugurado pomposamente. Pero fuera de este problema que constituyen sus obras emblemáticas, es el aspecto político, donde más se fija la atención, en virtud de que será él y nada más que él, quien decida sobre la candidatura de Morena, a la presidencia de la república, y para el caso de los veracruzanos, el candidato a la gubernatura. Por eso tiene relevante importante el hecho de que se le vaya agotando el tiempo, porque más que nada, políticamente, es como se le ve importancia al mandatario, pues administrativamente, se encuentra seriamente afectado y sin probabilidad alguna de que pueda, en los dos años que faltan para que termine, salir del gran atolladero en que se ha metido.
En fin, que la cuenta regresiva está por comenzar, a partir del primero de octubre, cuando se le comenzarán a contar los días, pues no hay fecha que no se cumpla y para López Obrador, su periodo está por culminar.
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MONREAL, EL OTRO FANTASMA DEL PRESIDENTE.
SE ASEGURA QUE EL principal fantasma presidencial, lo constituye la presencia de los conservadores, pero a estas fechas ya se le ha sumado el propio senador de la república, Ricardo Monreal Ávila, que ha pasado a formar parte de todos los problemas que tiene que resolver el presidente, luego de que en franca rebeldía, como parece evidenciarse, el ex gobernador del Estado de Zacatecas, está presionando fuerte para que se le tome en cuenta dentro del proceso interno de Morena, mediante el cual se decidirá por el candidato más idóneo para alcanzar la presidencia de la república.
Para López Obrador, Monreal, ya se ha convertido en una verdadera piedra en el zapato, aunque muchos no lo crean así, en virtud de que se afirma que es el presidente quien tiene todo el poder y la fuerza necesaria para disciplinar al legislador y coordinador de la bancada de Morena, en el senado de la república, sobre todo, porque el cariño político del presidente, se encuentra repartido entre otros personajes que tiene listos para definir, finalmente, la candidatura.
Sin embargo, para el presidente, Monreal, se suma como un fantasma más dentro de su cabeza, pues no puede dejar de pensar que tarde o temprano, el senador, pudiera optar por refugiarse en otras siglas.
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Y MAÑANA, aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede.