viernes, abril 19, 2024

El Túnel del Tiempo

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Una gran obra de ingeniería es el Eurotunel que une bajo el Canal de la Mancha a Europa con Inglaterra, mide 50.5 kilómetros de longitud, 39 de ellos submarinos, el término de su construcción fue entre 1988-y 1994 año en que fue inaugurada; por esa magnífica obra es posible transportarse de París a Londres en solo 2 horas y media. Solo seis años para convertir en realidad un medio transporte de personas y mercancías menos caro e incluye trenes de pasajeros y de carga. Eso sucedió en el primer mundo en la última década del siglo XX. Lamentablemente no ocurre así en esta parte del hemisferio occidental, donde una obra pública tiene segura una fecha de inicio, no así la de su conclusión, porque es frecuente diferirlas indefinidamente por algún tiempo más del señalado en el proyecto. Ojo, lo del Euro túnel solo es dato cultural,  no pretendemos la osadía de compararlo con lo que a continuación narramos: En Veracruz hemos sido testigos del tortuoso itinerario de las obras del túnel sumergido bajo el río Coatzacoalcos, iniciadas en tiempos del gobierno de Fidel Herrera, continuadas en el de Duarte de Ochoa e inaugurada en el gobierno bianual de Yunes Linares. Casi 13 años de duración y miles de millones de pesos más para concluirla. El proyecto se analizó el último año de Miguel Alemán, cuando el 23 de noviembre de 2004 Porfirio Serrano, Secretario de Desarrollo Regional, compareció ante los diputados locales a quienes informó que el proyecto estaba listo para ser licitado y se concluiría en 2008. Ya gobernador, Fidel Herrera, fue a España en septiembre de 2005, donde según se dijo “impulsó” y “promovió” ese proyecto entre inversionistas potenciales. Pero al finalizar su mandato en 2010, la construcción de ese túnel estaba detenida hacia seis meses, según lo aseguró el coordinador de administración y finanzas del Fideicomiso de esa edificación, Enrique Carmona Vela, quien ahora fijaba 2012 como fecha de su conclusión. En el inició el costo de la obra era de mil 700 millones de pesos, pero para para 2011 ya se calculaba en dos mil 700 millones de pesos. Durante el fatídico gobierno de Duarte, con cuatro Secretarios de la SIOP (Guillermo Herrera, Raúl Zarrabal, Francisco Valencia y Gerardo Buganza) cada quien con su respectivas excusas (el INAH-disminución de cuota de la caseta de cobro del Puente Dovalí Jaime, la crisis financiera internacional, fenómenos meteorológicos “Carl” y Matthew”) ese proyecto aumentó sustantivamente su costo, sin avances notables. Entonces entró al quite el Contralor Mauricio Audirac, quien aseguró que quedaría concluido en mayo o junio de 2014. Después llegó a SIOP Tomás Ruiz quien decidió concesionar esa obra a una empresa constructora, que tampoco demoró en el trance y otra ocupó su lugar. Fue una obra de escándalo escatológico, de la cual la Auditoría Superior de la Federación, no sin antes calificar de negligentes a los responsables, dijo: “Sólo después de la Estela de luz, el túnel sumergido de Coatzacoalcos es la obra que más ha incrementado su presupuesto original”. Esta obra con dinero público consiste en una vialidad de casi dos kilómetros de longitud, de los cuales 600 metros son del túnel sumergido, que finalmente fue inaugurada por el gobernador Yunes Linares en abril de 2017, o sea, casi 13 años después de haber sido anunciada. Obviamente no es la única obra multisexenal de las que forman el síndrome de la obra pública, la autopista México-Tuxpan sufrió síntomas similares, la autopista Cardel-Tampico, y muchas más ¿será acaso esa la característica de la obra pública hecha en México? No ha sido así siempre porque con el presidente Díaz Ordaz se construyó la autopista México-Puebla, las líneas uno, dos y tres del Transporte Colectivo (Metro) y con López Mateos, el Puente de Alvarado, entre otras muchas y se concluyeron, esas sí “en tiempo y forma”. ¿Por qué? Elemental mi querido Watson, decía Sherlock Holmes.    

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