Agencias/Sociedad 3.0
Este martes el canciller mexicano, Marcelo Ebrard, dio a conocer que la Embajada estadounidense le corroboró que Édgar Valdez «La Barbie», uno de los capos del narcotráfico más sanguinarios de México, continua bajo su custodia, tras de varios reportes de la prensa sobre su posible puesta en libertad.
«Nos dijo la Embajada de Estados Unidos hoy que todavía sigue bajo custodia, vamos a ver si es así o no. Fue hoy temprano», mencionó Ebrard a preguntas de los medios de comunicación en la ciudad fronteriza de Tijuana.
El diario mexicano Mileno emitió el pasado lunes que, tras revisar el Buró Federal de Prisiones de Estados Unidos (BOP, en inglés), Valdez ya no aparece bajo custodia, por lo que presuntamente ahora está en un programa de protección de testigos.
«De ‘La Barbie’ no tengo confirmación de que haya sido puesto en libertad, sigue bajo custodia», relató al respecto el canciller.
«La Barbie», ciudadano estadounidense detenido en 2010, era uno de los narcotraficantes más buscados por México y Estados Unidos en los primeros años de la llamada «guerra contra el narco» por la violencia que desató.
Durante la conferencia presidencial mañanera, el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, manifestó que la Secretaría de Relaciones Exteriores y la de Seguridad Pública solicitaron información a Estados Unidos para conocer si el narcotraficante sigue preso.
El gobernante mexicano solicitó «ver cuál fue el arreglo» entre el capo y las autoridades estadounidenses «porque su sentencia era por varios años» y «aquí en el país hay también denuncias presentadas».
Valdez, nacido en la ciudad estadounidense de Laredo, Texas, es conocido como «La Barbie» por su cabello rubio y ojos azules.
El capo traficaba alrededor de una tonelada de cocaína al mes y cobró notoriedad por la sanguinaria guerra que mantenía con sus antiguos socios del cártel de los Beltrán Leyva.
Esa guerra sembró cuerpos mutilados y decapitados en los estados de Morelos y Guerrero, donde los del Cártel del Pacífico, comandados por Valdez, se intercambiaban decenas de muertos y mensajes con los Beltrán Leyva.