DE ALGUNA manera, la movilización ciudadana en favor del Instituto Nacional Electoral, está favoreciendo la decisión de algunos actores políticos, como es el caso del senador Ricardo Monreal Ávila, quien está a punto de tomar su propia determinación en relación a su futuro político. Existen muchas posibilidades, se dice, de que pronto tenga que anunciar su separación de Morena, para incorporarse a otro partido, o bien a la propia coalición política para poder participar ampliamente en busca de la nominación que lo ponga directamente con rumbo a la sucesión gubernamental, donde piensa, como lo ha reiterado siempre, aparecer en las boletas electorales, cuestión que dentro de su actual organización política, no podría alcanzar por la clara decisión presidencial de apoyar a la jefa del gobierno de la ciudad de México, para que sea la candidata de Morena.
Con la marcha ciudadana del pasado trece de noviembre, el mismo senador de la república, y distinguido miembro, por ahora, del partido político en el poder, se dio cuenta del poder que tiene la sociedad civil, por lo que hay presunción, como lo apuntan algunos analistas, de que tome, en breve, la decisión de abandonar a su partido, así como a los caprichos de su amigo, el presidente de la república, con quien ha caminado en los recientes años, en el mismo proyecto político que llevó, precisamente, a López Obrador, a conseguir la presidencia de la república, pero que no ha sabido conservar, ni para sí, ni para nadie de su propio partido, ahora que se están llegando los tiempos en que tiene que tomar una decisión inteligente con respecto a quien apoyará para que le suceda, en todo caso, en la primera magistratura del país.
Al parecer, Monreal, no busca negociación política con el presidente, para quedarse con alguna posición importante para el próximo sexenio, por lo que ha insistido mucho en ser el candidato presidencial. La movilización del domingo pasado, le dio el posible espaldarazo para dejar a Morena, luego de darse cuenta que la derrota presidencial podría ser un hecho para las elecciones del dos mil veinticuatro, es decir, que ya no existe la plena seguridad de que tangan el mismo número de votos de la pasada elección del dos mil dieciocho, porque ahora la sociedad se encuentra mucho más participativa y si antes de la movilización en contra de la propuesta de modificar el sistema electoral de México, ya se hablaba de que López Obrador, podría tener alto porcentaje de aceptación, pero menos de veinte millones de votos para las próximas elecciones, insuficientes frente a la coalición política de partidos.
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CRECEN LAS POSIBILIDADES DE PEPE YUNES.
NO HAY, QUE SE SEPA, quien pudiera disputarle a Pepe Yunes, la posibilidad de convertirse en candidato a la gubernatura del Estado. Las propias circunstancias políticas se han encargado de otorgarle al político de Perote, mayor respaldo, tanto de los partidos políticos de oposición, como de la misma sociedad veracruzana, que ahora, más que nunca, está lista para participar en la futura sucesión gubernamental, luego de darse cuenta que la cuarta transformación ya no tiene nada qué hacer en Veracruz.
Sin necesidad de una buena encuesta, Pepe Yunes, estaría en condiciones de ser el elegido para esta nueva incursión política, pues, como es del dominio público, ya estuvo compitiendo en momentos clave de la vida política de la entidad, para buscar la oportunidad de gobernar en este Estado.
Pepe Yunes, efectivamente, nació y se preparó para ser gobernador, pero las condiciones políticas le han sido adversas, sobre todo, ante un panorama que no era favorecedor, en su momento, para alcanzar el triunfo electoral. Hoy, los veracruzanos, claman por la vuelta de aquel candidato que ocupó el tercer lugar en el proceso electoral del dos mil dieciocho, ya que se han dado cuenta del enorme error político cometido en aquél famoso proceso electoral, donde el efecto López Obrador, ayudó para que Cuitláhuac García Jiménez, ganara la posición que aún detenta como gobernador del Estado de Veracruz.
No hay que olvidar que Pepe Yunes, independientemente del partido que lo pueda avalar, incluso, la propia coalición política, es el hombre mejor preparado políticamente, así como en materia administrativa, para gobernar un gran Estado, como es el de Veracruz, con grandes oportunidades para poder desarrollarse bajo la conducción de un verdadero político.
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LA OTRA CARA DE LA SUCESIÓN.
INDISCUTIBLEMENTE, al hablar de Pepe Yunes, por parte del bloque opositor para buscar la gubernatura del Estado, se tendría que hablar también de la buena carta que podría tener Morena, el partido político en el poder. Frente al experimentado político veracruzano, López Obrador, tendría que usar toda su inteligencia y sus posibles estrategias políticas en la entidad, para poder ser competitivo en las próximas elecciones.
Se dice qué, para ello, la única carta política que tiene en estos momentos en que se van acercando los momentos decisivos para mantener el poder en Veracruz, podría ser, tal y como lo hemos referido en varias ocasiones, el mismo alcalde de Xalapa, Ricardo Ahued Bardahuill, porque de lo contrario, con otro candidato estaría corriendo el riesgo de perder escandalosamente las elecciones del dos mil veinticuatro.
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Y MAÑANA, aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede.