martes, noviembre 5, 2024

Carmen y el INE

Política Cero

Me dicen que Carmen Aristegui le dio su respaldo al libelo de Córdova Vianello en un acto de humanidad porque, pobrecito, andaba dando lástimas en su loco afán por convertirse en vístima triunfante. Sobre todo porque solo lo apoyaban personajes de dudosa calidad moral como Markitititiito Cortés, Alitititito Moreno y los chuchitititititos del PRD. Fue bonito que Carmen les pusiera su estrellita en la frente a Lorenzo y Murayamasamí, por la manera tan heroica con la que han convertido al INE en un maravilloso nido de pachás voxistas nada leninistas.

Una puesta en escena encantadora, enriquecida por demócratas de la talla de Robertico Limonta Madrazo y su circo de mapaches amaestrados, y el Goebbels región 4, Carlitos Alazraki, amo y señor de las mentiras nada piadosas. Sin olvidar la querida presencia de Dante Delgado, el Fidel Velázquez de MC, en la presentación de un libro de título tan ingenioso, “La democracia no se toca”, que debe ser una idea originalísima de Claudio XXX.  Supongo que la maestra Gordillo y Chente Fox andaban ahí tras bambalinas cual invitados de honor.

Algo que solo se puede comparar con la abradacadabrante Sandra Baticuevas interpretando al teniente Harina al ritmo de “Un cumbión bien loco” luego de que la agarraron con las manos en la propaganda anti Claudia, mientras sus amiguis del Cártel Inmobiliario PAN la defendieron con más enjundia que Monreal, que ya es mucho decir. Qué bien mi little Richard, desperdiciando una bonita oportunidad para deslindarse de una linda personita que es una maquinita de hacer perros osos y panchos sin fin avalados por 10 maestrías, 12 doctorados en 350 países.

Todas estas maravillas bajo el cobijo espiritual de Jelipillo que está hecho un monaguillo, tuiteando pasajes bíblicos para defender su nombre y el de García Luna Productions, al ritmo de él es tímido, callado e inocente tiene la mirada. Más el apoyo de Letras libres que es como su boletín exculpatorio; y la solidaridad de Cárdenas, Labastida y Pepito Narro que sueñan con volver a la Dictadura perfecta como Kike Krauze.

Digo, el humor involuntario es bonito pero no hay que exagerar. Como Kinky Téllez y Vicente Fox encarnando al profesor Jirafales y a doña Florinda, en un duelo donde no se sabe quién desprestigia más a quién.

Lo único malo de la presentación del libro de Tatankita y Cirito es que, en un afán anticlimático, hayan convocado a Woldenberg que es el Porfirio Díaz de la democracia con aditivos.

Jairo Calixto Albarrán
jairo.calixto@milenio.com

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