A la entrada del recinto legislativo, a un grupo de mujeres les explicaban que no podían ingresar con cartulinas. Ellas argumentaban que no eran agresivas ni insultaban a nadie. El empleado del Congreso local igual les respondía que estaba prohibido el ingreso de pancartas, mantas o parecidos, sin importar la leyenda… en esas cartulinas se podía leer lo siguiente: “520 días alejado de mamá y mi hermano gemelo”, “4015 días alejada de mi hija” y “500 días sin mi hija”, entre otras…
Las mujeres sin problema alguno, accedieron a la petición de pasar sin sus pancartas… apostaban a la esperanza que significó que este miércoles, una diputada, Ruth Callejas Roldán, expusiera una iniciativa para adicionar diversas disposiciones a la Ley de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, así como a los Códigos Civil y Penal… En pocas palabras, se pretende castigar a esos padres que utilizando a los hijos, ejercen violencia contra las madres y en donde lamentablemente a veces, las autoridades judiciales de un modo u otro participan para que, bajo argucias legaloides, se les separe de sus hijos… Es Violencia Vicaria, me dijo una madre.
Cuando Ruth Callejas pasó a tribuna, no era la diputada la que hablaba… su voz era emoción, pero no la emoción que suena a alegría, gozo, júbilo… su voz era rabia, coraje, quizás algo de tristeza y de cierto modo era comprensible, cuando se escuchó las consideraciones que sustentaron su iniciativa:
En Hidalgo, un hombre asesinó a sus hijos de 3, 7 y 8 años de edad, respectivamente; la razón, vengarse de la madre; el 9 de marzo de 2021, en Tijuana, Baja California, un hombre, después de haber tenido una discusión telefónica con su esposa y de haberle advertido que al llegar a su casa se encontraría con una sorpresa, asesinó a sus hijos de 4, 9 y 11 años de edad, para después suicidarse; en Hermosillo, Sonora, en julio de 2021, un hombre asesinó a balazos a sus tres hijos y después cometió suicidio como venganza en contra de su expareja sentimental, tras haberse llevado a sus hijos como parte del régimen de convivencia.
Quizás estas exposiciones sean las más crudas y crueles que hay alrededor de la Violencia Vicaria, pero también hay otro tipo que si bien, no es sangriento, no deja de ser tampoco dramático: hay un sistema que las desampara frente a abogados, clientes y cómplices con poder que conocen el camino de la corrupción.
Esas mujeres que entraron al recinto legislativo han quedado sin la custodia de sus hijos o han sido apartadas de ellos.
La expareja, el hombre, el ex esposo busca deshumanizar a los hijos o seres queridos de una mujer y convertirlos en instrumentos para provocarle el mayor dolor posible. Tal es el caso de la veracruzana Elisa María Zaldívar Barcelata, quien se encuentra privada de su libertad al interior del Cereso de Cancún en el estado de Quintana Roo, desde el 13 de octubre de 2022. Un sobrino de la Magistrada Bertha Inés Chávez Méndez la acusó de corrupción de menores…
La violencia vicaria va normalmente acompañada de una violencia institucional sistemática que le da cauce y que impide la efectividad de los mecanismos diseñados para la protección de las mujeres y de las infancias. Así lo reconoce el mismo Ministro Arturo Fernando Zaldívar.
La iniciativa que propuso Ruth Callejas busca introducir en nuestro marco jurídico a la “violencia vicaria”, así como establecer medidas preventivas y de atención al respecto, además de las sanciones y medidas que se pueden imponer para tratar de inhibir ese tipo de violencia que lamentablemente, es una “práctica” que busca lastimar a una madre donde más le duele: en sus hijos.