jueves, marzo 28, 2024

En Veracruz, desde la oposición ¿quién para el gobierno estatal?

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Por ser el partido en el gobierno MoReNa goza del privilegio de los reflectores de la opinión pública en fenómeno análogo a cuando el PRI monopolizaba la atención de los medios y todo giraba en torno a sus movimientos. Semejante condición tuvo el PAN cuando gobernó por dos años en la entidad veracruzana. Tal consideración explica por qué ahora los comentarios más frecuentes se centran sobre Rocío Nahle, Ricardo Ahued, Sergio Gutiérrez, Manuel Huerta, etc., como probables candidatos de su partido a suceder a Cuitláhuac García. Obviamente, también se pone énfasis en la inocultable inclinación del gobernador hacia la precandidatura de la senadora Nahle. Nada nuevo bajo el sol porque todo está a la vista. Sin embargo, como dice la máxima de “lo que resiste apoya”, nada de lo que se hace en MoReNa tendría relevancia si no existieran fuerzas políticamente opositoras que abanderan tesis muy contrarias a las postuladas por el actual gobierno. Porque es un hecho que también hace aire en la oposición, donde se mueven actores políticos de reconocida trayectoria en el servicio público y aspiran obtener el apoyo ciudadano para competirle a MoReNa. Sin ánimo de jerarquizar posibilidades podríamos citar al diputado José Yunes Zorrilla, cuya actual representación política se desplantó a partir de la alianza partidista PRI-PAN-PRD, su elección tiene origen aliancista y fue de espectacular cierre tras el conteo de los votos, pues alcanzó la diputación por el principio de mayoría relativa, lo cual en los momentos actuales cobra especial relevancia. El diputado Yunes Zorrilla tiene una muy curtida trayectoria legislativa y dos tropiezos electorales, uno en 2006, cuando “fuego amigo” le obstaculizó su aspiración de convertirse en senador, y el otro más reciente, en 2018, cuando compitió como candidato priista al gobierno veracruzano contra dos fuerzas políticas: el PAN, que gobernaba en la entidad y contó con el apoyo de la estructura del gobierno, y MoReNa, avalado por el arrollador empuje del “efecto” López Obrador. Solamente quien ha caído es capaz de levantarse, y allí anda Yunes Zorrilla con renovados bríos recorriendo la entidad reposicionando sus cuadros, aunque ahora ya sin distintivo partidista sino buscando el aval de la ciudadanía en general. Otro actor político afanado en colocarse como precandidato es Héctor Yunes Landa, quien no requiere presentación porque es dueño de una sólida trayectoria política, de triunfos, incluidas dos derrotas electorales, la más reciente en 2016 cuando siendo candidato al gobierno estatal el PAN ganó al PRI. Las nuevas circunstancias no permiten a políticos opositores la exclusividad partidista y es por tal motivo que Yunes Landa, igual que Yunes Zorrilla, enmarcan su aspiración en el apoyo ciudadano sin demérito de la Alianza partidista opositora, sin la cual poco podría esperarse. Es proverbial la capacidad de Yunes Landa para comunicarse y abrir espacios de vinculación con otros actores políticos para enriquecer su abanico de posibilidades, pero momento habrá de llegar en que ambos protagonistas del ámbito opositor conjuguen fuerzas, como condición sine qua non para fortalecer sus líneas de apoyo y abastecimiento, de otra manera, sería muy difícil adquirir competitividad electoral. El senador Julen Rementería es otro actor en la tesitura de buscar la candidatura al gobierno veracruzano, experiencia y trayectoria lo acompañan en ese propósito, aunque las circunstancias imperantes en su partido ejercen central influencia en la probabilidad de su candidatura. Club de Tobi se dirá, pero en el horizonte de esta realidad aldeana, hasta ahora  (pudiéramos incurrir en imprecisiones, por supuesto), no se otean féminas competitivas. Hay mucho más, limitaciones de espacio no permiten ampliar el comentario, pero no es posible pasar por alto el papel a jugar por Movimiento Ciudadano, ubicado en la incógnita de este contexto veracruzano, pese a su magro porcentaje electoral ¿participará con candidato propio, o buscara la sinergia partidista? He allí la cuestión a solo siete meses de arrancar el proceso electoral 2024.

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