Los grupos ciudadanos condensados en el bloque liberal que se opone al gobierno conservador que encabeza Andrés Manuel López Obrador están ultimando los detalles para la gran marcha nacional del próximo domingo 26, en la que el pueblo bueno y honrado le dirá al Presidente que somos mayoría y que queremos democracia, que defendemos con todo al INE, que nuestro voto no se toca.
Ya son 119 organizaciones civiles las que han anunciado su participación activa y la convocatoria está para 92 ciudades, 12 de ellas en el extranjero.
Será una concentración histórica, inédita, que no podrán igualar los acarreos del gobierno morenista, por más recursos que le metan al alquiler de camiones, por más presiones que hagan a los burócratas para que asistan “voluntariamente”, por más miedo que le metan a los beneficiarios de los programas electorales disfrazados de apoyos sociales.
Y como lo sabe el Presidente y lo saben sus corifeos, han tomado como estrategia nuevamente la mentira, el insulto, la calumnia. Pero cada vez es más baja la calidad de sus invenciones, cada vez más obvia la mentira, cada vez más burda la acusación.
Lo que se les ha ocurrido para denostar a los organizadores y para desincentivar la participación sería de chiste si no fuera francamente un delito y la manifestación de una falta absoluta de ética.
Veamos:
1. Acusan el Patriarca, las corcholatas, los secretarios, los directivos de Morena, los diputados y senadores de la 4T, los gobernadores emanados de la voluntad de AMLO, los conservadores morenistas que antes fueron luchadores sociales y los chairos en general que la marcha no es genuina (jajá), que es organizada por la oligarquía nacional y por los partidos de oposición (jajajá), que acudirán a ella solamente ciudadanos engañados y comprados con una despensa y un pago en efectivo (jajajajá) de cien pesos por lo pronto.
2. Dicen que la marcha no es para gritar que el INE no se toca, sino que es para exigir ¡la libertad de Gerardo García Luna!, y que no se investigue a Felipe Calderón.
Aquí cabe el colmo de la ilógica del discurso presidencial. Los sesudos asesores que le mal aconsejan le han insistido en que una mentira repetida mil veces se convierte en verdad, en clara alusión al pensamiento de Joseph Goebbels. Lo que no se dan cuenta es que el propagandista de Hitler era un tipo inteligente, aunque totalmente condenable, y sabía que no cualquier mentira serviría en esa estrategia, como piensan los empleados de Chucho Ramírez.
3. Afirman que la marcha es contra la transformación del país que AMLO ha emprendido, cuando en realidad es para pedir un cambio real que mejore las condiciones generales de la nación.
Este domingo serán millones los que marchen por las calles y tomen las plazas de los pueblos y ciudades.
Será un día luminoso para México, una jornada hermosa en pro de la democracia… y aquél se va a enojar mucho.