jueves, noviembre 7, 2024

Denise Dresser y los tamales de chipilín

Política Cero

Jairo Calixto Albarrán

Cuando veo a la dotora Denise Dresser con tantos ánimos de censora, me acuerdo de Miguel Serrano Limón el viejo líder de Provida, que buscaba censurar todo lo que contraviniera su ideario medieval, hasta que lo agarraron con las tangas en la mano. La diferencia entre Serrano y la señora Denise es que el primero siempre estuvo del lado de la Santa Inquisición, mientras que la segunda empezó como progre buena ondita hasta convertirse en émula de Torquemada.

Todo con argumentos limitados al perímetro de su propio ego, enarbolando la clásica figura de la violencia de género y la misoginia a la que siempre recurre para hacerse la vístima.

Ahora se fue contra de Operación Mamut del Canal Once, un programa de humor político, consternada por un sketch llamado “Mujer, casos de la Piña real” (donde yo encarno a la presidenta de la Tremenda corte), arguyendo que se trata de un ataque misógino y, lo más obvio, que hay una terrible agenda comunista. No tiene sentido del humor y se le olvidan los otros programas del Once que son muy conservadores y anticuatroté contra los que, casualmente, nunca se pronuncia.

Operación Mamut se construye en equipo. La pieza que tanto le encanta a Dresser fue concebida y boceteada por Fernando Rivera Calderón y escrita por Cecilia Sotres cuyo feminismo, como el de Nora Huerta, es a prueba de fuego. Al final yo contribuí con la actuación. Es decir, no se trata de un compló misógino como el que imagina la aspirante a Big sister.

Así, supongo que la señora también va a impugnar a mis admiradas Nora Huerta, Ceci Sotres y Conchi León por machoginia, pues interpretan a personajes masculinos de la política.

Ya en el delirio, Denise Dresser quiere que se acaben las Mañaneras. Por supuesto, alegando el mismo rollo aburrido y manido de la “polarización” que esgrimen grandes polarizadores como Krauze, Calderón, Markitititito, Vicente Vox,Claudio XXX, Lorenzo, Edmundo Jacobo, la Téllez y la Rabadán. Esa coreografía no la tiene ni Bad Bunny.

Extraña que Carmen Aristegui, que nos conoce perfectamente a los del Mamut, no le cuestione nadita de nada a su amigui cuando comienza a despotricar.

Raro también que, en su papel de paladina en contra de la misoginia, sea más feroz contra Operación Mamut que contra Salinas Pliego que le ha dado un trato hipermisógino por una licuadora.

Denise lo ha logrado, es mejor Sandra Cuevas que Sandra Cuevas. Al rato se va a ir contra los tamales de chipilín.

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