Pese a las buenas intenciones del presidente López Obrador, el Sur- sureste de la república mexicana sigue figurando entre las regiones donde más pobreza enfrenta su población, lamentablemente Veracruz se encuentra en ese contexto, al lado de Guerrero, Oaxaca y Chiapas. Esta enumeración explica la preocupación presidencial por realizar sus obras emblemáticas de Dos Bocas y el Tren Maya, a la vez de continuar y tal vez concluir las obras del Corredor; del balance de sus resultados conoceremos si fueron racionalmente planteados o producto de solo buenos deseos. Pero es un hecho que las grandes inversiones de capital extranjero busca preferentemente las tierras del centro y norte del país. Por caso, en el ramo de las empresas armadoras de automóviles, estas se ubican en 12 entidades: Baja California, Sonora, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León, San Luis Potosí, Jalisco, Guanajuato, Aguascalientes, Puebla, Morelos y el Estado de México (según lista de Valeria Moy), ninguna del sur-sureste. Tesla, recientemente anunciada escogió Nuevo León, lo cual refleja la preferencia de la Inversión Extranjera Directa por aquella parte del país, y es de temerse que por el nearshoring seguirán privilegiando esa región de México. En lo concerniente a Veracruz, según el Consejo Nacional de Evaluación (Coneval), en el Índice de Rezago Social Longitudinal que abarcan los años 2000, 2005, 2010, 2015 y 2020, sobre educación, acceso a servicios de salud, servicios básicos de vivienda, calidad y espacios de la vivienda y activos en el hogar, en Veracruz hay 164 localidades en un nivel alto de rezago social persistente. En 2000 se registraron 12 mil 268 localidades con rezago social, con rezago social alto 4,940 localidades, rezago medio 3,043 localidades, y muy alto 2,824. El Secretario de Desarrollo Social, Guillermo Fernández Sánchez, subraya una disminución de 2 por ciento de la pobreza, durante la presente administración encabezada por Cuitláhuac García; lo atribuye a la política de combate a la pobreza, “porque ahora ya no le dan a las personas que no necesitan, sino a quienes realmente les hace falta”. Según afirma, los programas sociales han reducido la pobreza en la entidad, que así sea. Sin embargo, es inocultable el alto porcentaje de familias con pobreza alimentaria, fenómeno que produce el elevado porcentaje de migrantes hacia el norte del país. Esto trae a la memoria aquel gran cuento que en tono festivo el gobernante más “cercano a la gente” (Fidel Herrera) gustaba en repetir en su festiva narrativa, al asegurar que “los juarochos” regresaban a Veracruz porque aquí ya había suficientes fuentes de trabajo. Desde ese enfoque, parece que ni la pobreza, ni la narrativa han cambiado sustancialmente en nuestro entorno.