domingo, abril 28, 2024

Le tronaron el chicotito…

Opiniones y Comentarios  

Buscando qué escribir sobre la nota de los personajes que mandó el Presidente López Obrador a Washington -por no decir, a los que mandó traer la Casa Blanca para tratar el tema del fentanilo- me encontré con algo digno de dedicarle la primera parte del presente escrito…

Pues resulta que los gárrulos mayores, afincados en la Vaticueva, es decir, en el Estado Vaticano, mantienen a un grupo de 800 insolentes, también curas, pero todavía peores que ellos; lo que ya es decir bastante, porque ya de por sí estos charlatanes se cocinan aparte…

Pues los citados 800 súper curas, son los encargados de expulsar al Demonio –Don Sata para los cuates- cuando éste espíritu malévolo se ha posesionado del alma de algún infeliz mortal…

El caso es, que a través de la ¡Asociación de Exorcistas! -porque han de saber que hay una Asociación de Exorcistas. ¡Válganos Dios!- la cargaron feo en contra de la película “El Exorcista del Papa”, sobre Gabriele Amorth…

Porque han de saber mis tres amables lectores, que la vida del Papa corre inminente peligro; ya que ni él está exento de ser tentado por Luzbel -también poderoso hijo de Yahvé-.  Sin soslayarque ha sido el bueno de Jesucristo el único que lo ha rechazado, eso hay que reconocerlo, a pesar de que quien desde siempre le ha ganado la partida al Señor…

Que es lo que opinaba Platón (427 – 347) sobre el Creador, pues dijo: “Si Dios es bueno, entonces no es el autor de todas las cosas; cuando menos de la mayoría de las que le suceden al hombre”…

En el entendido de que no cualquiera puede enfrentarse al Demonio y mucho menos             vencerlo.  No, no, no.  Para poder ponerse los guantes con semejante Ente tan poderoso que trae al mundo de cabeza, se requiere estudiar mucho…

Y para ello está La Licenciatura en Ciencias Religiosas ¿? De la Universidad de La Salle.  La Universidad Intercontinental que expide la Licenciatura en Teología; o ya de plano una maestría en Innovación Pastoral de la Universidad Popular del Estado de Puebla…

Con cualquiera de esos títulos -no plagiados, por supuesto- y con cédula profesional, como ya saben quién no la tiene, dicen que el Demonio les hace los mandados.  Y todo esto viene a cuento, por la reciente película “El Exorcista del Papa”…

Representado por el actor Russell Crowe, que versa, como se cita, sobre el “padre” Gabriele Amorth (1925 – 2016) quien desde 1986 hasta su fallecimiento, fue el principal exorcista del Vaticano, y dicen llevó a cabo más de 60,000 ritos de exorcismo…

Cuentan que Don Sata ya lo alucinaba; pues cada vez que alevosamente se hacía del alma de algún mortal, se le aparecía don Gabriele y le echaba a perder la función.  ¡Que gacho!…

El mismo Gabriele que, según ellos ¡claro! se encargó durante 30 años, de mantener a Don Sata afuera de la hermosa columnata construida por Gian Lorenzo Bernini (1598 – 1680) que enmarca la Plaza de San Pedro

Y hablando de ello, se puede entender la primitiva idolatría; mas no aceptarla.  Y menos cuando ya de plano salen con que pueden vencer a Don Sata en un duelo de insultos -muy al estilo de las infumables mañaneras del no menos infumable paracaidista de Palacio- agua bendita, mucha agua bendita y rezos y más rezos.

Cambiando de tema…

Quien, ante la evidencia de su complicidad con los delincuentes, especialmente con el Cártel de Sinaloa -la saludada de mano a doña Consuelo Loera, la mamá de El Chapo, será su Espada de Damocles- ya no sabe cómo esconder su corrupta existencia; y la de su Pío Partido…

Y aunque ciertamente es de lamentar que el Presidente esté tan enfermo, que quizá no vaya a alcanzar a ver el estrepitoso fracaso de su 4T.  Pues lo justo sería, después del enorme daño que le ha hecho a México, que viviera su ruina y sufriera su derrota en carne propia…

Pero vayamos con la cuerda de ciudadanos que el ya infumable mañaneroenvió a Washington para que les dieran instrucciones de cómo combatir el tráfico de fentanilo -que es lo que les preocupa a los estadounidenses y por ello lo agarrarán de pretexto para intervenir-…       

Marcelo Ebrard, quien se exilió un rato en París por asuntos relacionados con el Metro; Rosa Icela Rodríguez, secretaria de Seguridad Pública, o sea, secretaria de Nada -digo, para hablar en plata- ydefensora de Yasmín Esquivel -que ahí sigue en la SCJN con la protección del Presidente-…

Pero hay más; y suponiendo que cada uno tomó su avión de línea para ir a Washington, por aquello que nadie puede tener un carro mejor que el Tsuru del Presidente, ni ganar más que él, ni viajar en aviones del Gobierno, aunque se queden parados por más de 4 años…

Pero, como seguramente lo hicieron desde el flamante aeropuerto Felipe Ángeles, se les disculpa. Ni modo que no.  Pero sigamos con algunos de los que fueron a tomar notas…

El Almirante José Rafael Ojeda; y el General Luis Cresencio Sandoval, ocupando cargos que no les correspondían y por ello no cuentan con la simpatía de sus tropas; el General Audomaro Martínez Zapata, especialista en protección de funcionarios; el doctor Jorge Alcocer; por aquello de saber cómo controlar las pandemias.  Misma que ya se va a dar por terminada…

Alejandro Ernesto Svarch, de la Protección de Riesgos Sanitarios; El embajador Esteban Moctezuma, zedillista de hueso colorado; Roberto Velasco, por parte de Relaciones Exteriores y…

Bueno, no lo quiero ni nombrar, porque éste es más malo que las reumas, capaz de meter a la cárcel a su familia política…

El caso es que la reunión, perdón, la cita fue en La Casa Blanca y los muchachitos van a tomar nota de lo que tienen que hacer, o sea, desatar la guerra a los cárteles con los que se ha pactado, lo que equivaldrá a baños de sangre por todos lados y muchos funcionarios, entre ellos el señor Presidente, tendrán que andar blindados…

De no llevar a cabo las instrucciones bien, al gusto de Washington, lloverán los drones.  Y aunque no terminarán con los cárteles, habrá menos sangre derramada; que fue lo que un amigo me comentaba el día de ayer: “Es lo mejor que puede pasar”.  “Se necesita un verdadero cambio; ¡Son los mismos!

Y nos vemos mañana, si el Sol me presta vida.    

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