Con Rocío Nahle enclaustrada en la imperativa obligación de adelantar la refinería de Dos Bocas para que el 1 de julio se reinaugure y procese algo de gasolina, el camino de la candidatura de Morena luce abierto para Sergio Gutiérrez, quien no pierde oportunidad para placearse por el territorio veracruzano, Si esas acciones del diputado están dentro de los parámetros establecidos por la norma electoral lo podrá esclarecer el Tribunal de la materia, pero lo cierto es su muy adelantada precampaña por Veracruz; en otros tiempos el calificativo era “zopiloteo”, aunque al menor asomo de esa posibilidad era inmediatamente sofocada porque la lógica de la política electoral indicaba que “quien se mueve no sale en la foto”, según pregonaba el entonces todopoderoso dirigente de la CTM, Fidel Velázquez. Sin embargo, debe admitirse que lo del diputado Gutiérrez no se circunscribe a sus prisas por hacer presencia en Veracruz, también por el lado de la oposición partidista los actores se mueven, aunque a diferencia de Gutiérrez son más conocidos por la población de esta jacarandosa aldea pues han recorrido la entidad palmo a palmo en varias campañas para cargos de elección popular ¿quién no conoce en Veracruz a José Yunes Zorrilla, a Héctor Yunes Landa y a Julen Rementería? Solo que la actual narrativa enfoca ahora hacia el reverso de la medalla electoral, el lado de la luna antaño no iluminado, debido a que ahora Morena es el partido en el gobierno y sus actuales circunstancias se asemejan a las del PRI cuando solo sus chicharrones tronaban. Cuando el PRI era hegemónico la disputa se centraba en conseguir la postulación priista que como patente de corso casi en automático convertía al candidato en alcalde, diputado, senador, gobernador o presidente de México, el día de los comicios era solo un formulismo. Afortunadamente ya no es así gracias a la evolución política del país a partir de la década finisecular, cuando el PAN y el PRD comenzaron a procurarse alcaldías en capitales estatales, más diputaciones y escaños en el senado, algunas gubernaturas y en el 2000 la alternancia en la presidencia. Ahora, Morena hace las veces de polo de atracción en quienes buscan alguna candidatura a cargos de elección popular, de 2014 hasta ahora cuenta con 22 gobiernos estatales y gobierna en 14 capitales de entidades federativas; la oposición PAN, PRI, PRD, gobierna en 10 pero el mapa político puede alterarse e partir de la elección en junio próximo en Coahuila y el estado de México. Por el cambio de circunstancias ahora es notable una especial cautela entre quienes pueden competir con las siglas de Va por Veracruz, porque para ser competitivo ya no basta el atractivo personal sino una conjugación multifactorial, que exista genuino compromiso de los partidos políticos para actuar en sinergia efectiva siguiendo un plan de acción en cuya estrategia prevalezca la selección de candidatos competitivo a diputados locales y federales, que el candidato a gobernador cuente con la adhesión comprometida de quienes siendo aspirantes se queden en el camino y hagan campaña en puntos estratégicos de la entidad, y muchos etcéteras más. En conclusión, el futuro electoral inmediato suscita más preguntas que respuestas ¿podrá Morena repetir el tsunami de 2018 e igualar al PRI iniciando una nueva hegemonía política? La respuesta está condicionada a quienes serán los candidatos de uno y otro lado ya lo que ocurrirá de aquí en adelante.