domingo, noviembre 17, 2024

Eric Cisneros, con la fuerza de un globo que se desinfla

* Presenta su libro en Totutla y tuvieron que acarrearle público

Marco Antonio Aguirre Rodríguez

Eric Patrocinio Cisneros Burgos debió haber soñado muchas veces que el 22 de julio sería su gran día.

Pero fue todo lo contrario.

Por eso es que ni siquiera se atrevió a darle promoción a ese que sería su gran evento, la gran muestra de toda su fuerza política, su noche de proyección estatal.

Todo fue con la discreción que queda en los posts de Facebook. Y nada más.

Ni siquiera en los medios de difusión con los que tiene trato se atrevió siquiera a publicar una fotografía.

Como que le dio pena el pequeño logro.

Tal vez consideró que era mejor levantar el menor ruido posible.

¿Para qué decirle al mundo que su objetivo de llevar a miles a Totutla y estar rodeado por decenas de alcaldes, diputados y otras figuras políticas, fue un fracaso total?.

El tamaño de sus ilusiones era como el mural que le pintaron ahí en Totutla, grande, muy grande.

Por cierto, le tomaron una foto al pie del mismo, en blanco y negro (porque no se puede decir en blanco y afroveracruzano), para ir a tono con el tema.

Eric Patrocinio mostró esa noche que hoy tiene la fuerza política de un globo que se desinfla, de una botella de agua mineral mal tapada, de un auto al que le hicieron muchos arreglos pero al que se le desgastó el embrague.

Evidenció que su fuerza política es la de un hombre que aún con todo el poder del gobierno del estado, apenas junta a unos cuantos.

Era su gran ilusión. Que ese sería el momento en que se elevaría como una gran estrella y que todo mundo lo vería brillar.

Pero se quedó muy a ras del suelo.

Y muy opaco, apenas con el resplandor de las luces que le llegaban.

La realidad le mostró que fuera de esos reflectores armados, ya nadie lo mira.

Quién sabe cuánto tiempo albergó ese sueño, quien sabe cuánto gastó del erario de Veracruz (¿o habrá sido de su bolsillo?) para que esa ilusión se pudiera cristalizar.

Pero no se logró.

Esa era su gran noche, cuando aún yendo contra las indicaciones del presidente Andrés Manuel López Obrador, buscó y se colocó reflectores, luces, escenarios. Todo mundo debería de saber que era un gran político, un hombre con fuerza y presencia para mover masas, multitudes, generar apoyos fuertes y constantes y crear una gran plataforma de lanzamiento.

Pero no pudo juntar más allá de una docena de alcaldes de municipios del estado y sólo jaló a una diputada.

No tuvo ni siquiera al 10 por ciento de los 212 presidentes municipales de la entidad y eso que dice que él controla a todos los alcaldes del estado.

Vaya, no pudo ni juntar al 10 por ciento de los alcaldes abiertamente adheridos a la 4T en el estado.

Ese sueño, ese espejismo, que desde Totutla, su imagen se proyectaría a todo el estado (y, ¿quién sabe?, a lo mejor a todo el país y tal vez hasta más allá), se esfumó entre sombras de realidad.

Su escenario ideal, Totutla, ahí donde todo se derrumbó, es un pequeño municipio de la entidad ubicado en la zona central, colindante con Huatusco, con una población de 15 mil habitantes.

Ese debía ser su gran escenario.

El marco ideal, para todo lo ilusionado, todo lo proyectado, eran las fiestas patronales de Santiago Apostol.

La idea era que delegaciones de los municipios de Veracruz desfilasen por la calle principal de ese poblado y al llegar al templete, donde él estaría como la gran figura política que se mostraba, le rindieran homenaje, casi-casi que le presentasen tributo.

Pero los cientos y miles de participantes que Eric Cisneros esperaba, con el estandarte de decenas y decenas de municipios de Veracruz manifestando su apoyo y su apego, no llegaron.

Algunos mandaron excusas. Otros, ni eso.

La alcaldesa de Totutla, Nora Acosta Gamboa, había preparado todo para un desfile largo tumultuario, pero que apenas duró unos minutos.

Había elementos de la Fuerza Civil cuidando el paso de quienes marchaban. Muchos policías estatales, que para eso tiene en el bolsillo al secretario de Seguridad Pública.

Ahí estaban los vigilantes, de uniforme y vestidos de civil, por si llegaba algún provocador, fuese contenido a la brevedad.

Pero fueron tan pocos los participantes, que aún un provocador hubiera servido para hacer más bulto.

Hubo calles y calles del desfile en los que no había ni una persona viendo la marcha.

El gasto en Totutla fue sustancial.

Tan sólo la Sedatu gastó varios millones de pesos en algunas obras, para que el pueblo se viera reluciente para la llegada de Eric Cisneros.

Carlos Loyo Hegler, el delegado de la Secretaria de Desarrollo Agrario Territorial y Urbano (Sedatu, como es más conocida) no quería quedar mal con el considerado hombre poderoso de Veracruz, Eric Patrocinio Cisneros Burgos.

Sabía que esa era una fiesta en la que el autodenominado afroveracruzano quería mostrar su fuerza política al estado, a todo el mundo.

Y lo hizo.

Se vio su poca capacidad de convocatoria.

Pero Carlos Loyo estaba al tanto que Eric Patrocinio quería mostrar que podía mover multitudes y se movió en razón de lo mismo.

Pero esa gran masa de personas nunca llegó.

Tampoco todos los alcaldes, ediles, diputados locales y federales que se esperaban.

Vaya, ahí está esa foto del recuerdo, donde Eric Cisneros apenas si sonríe, rodeado como de 30 personas, entre alcaldes y otros más.

No se vio la fuerza política que él quería mostrar

Pero si se evidenció la fuerza política que tiene.

En el campo deportivo de Totutla, el sábado por la tarde, para la presentación del libro de Eric Patrocinio “La Negritud en Veracruz”, ese que ha usado de pretexto para las decenas de espectaculares y bardas pintadas que tiene por todo el estado, tuvieron que hacer un fuerte acarreo.

Hay quienes dicen que les ofrecieron 500 pesos a los asistentes con la condición de estar ahí todo el evento.

Y aún así hay fotos del lugar con sillas vacías.

Eric Cisneros ya no puso ahora su nombre en letras gigantes, si no que lo más vistoso de la mampara fue la portada del libro.

Por cierto, ¿alguién sabe donde venden ese libro?, ¿cuánto cuesta?. Vaya, por lo menos, ¿qué cosa dice?. Sería muy bueno ver las referencias académicas, la información novedosa y el manejo de los datos que se haya hecho.

Después de que se hizo la presentación del libro, Eric Cisneros firmó algunos. Los únicos que se ven pidiéndole la firma, son los alcaldes que asistieron a Totutla, y eso porque les regalaron el libro.

No se hay absolutamente ninguna persona del pueblo ansiosa porque Eric Patrocinio le firme algún libro. De ningún color de piel.

Bueno, ni ansiosa, ni no ansiosa.

Eric Cisneros no tuvo al grupo cercano al gobernador en el evento, pero en cambio llegó la directora del DIF estatal, Rebeca Quintanar Barceló,

De los 29 diputados locales que tiene Morena, sólo hizo presencia Cecilia Guevara, quien suspira porque la vuelvan a poner como presidenta de la Mesa Directiva del congreso de Veracruz.

De la diputada local de ese lugar, Claudida Tello, ni sus luces.

Hubo una delegación de Saltabarranca, pero no se vio al alcalde.

En cambio el presidente municipal de Cosamaloapan, Gustavo Senties, fue con su esposa la presidenta del DIF municipal, Graciela Suarez.

De Tomatlán también hubo delegación, pero no alcalde.

De Vega de Alatorre, llegó la alcaldesa Milen Cuevas; de Ozuluama el presidente municipal Agustín Ramos y la presidenta del DIF municipal, Laura José.

De San Andres Tuxtla la alcaldesa Maria Elena Solana, que busca protección ante los ataques de Juan Javier Gómez Cazarin.

De Acayucan mandaron al regidor René Reyes.

Llegaron los alcaldes de Isla, Gustavo Alfonso Torres: de Omealca, Nallely Cortés Jiménez; de Tlacotalpan, Luis Medina Aguirre; y de Panuco, Óscar Guzmán de Paz, el mismo que promovió la encuesta patito en la que Eric Cisneros salía como el favorito para ser el candidato de Morena al gobieno de Veracruz, incluso por encima de su jefa política, Rocío Nahle.

Y eso fue todo.

Los chispazos que salieron de Totutla no alcanzaron ni a iluminar el cielo de ese municipio.

Menos le dieron fuerza y proyección suficiente como para mostrarse a todo el estado.

Apenas alcanzaron para iluminarlo mientras estuvo en el campo de beisbol.

Fuera de ese espacio se perdió en la noche, junto con su escolta de dos, tres camionetas llenas de guardaespaldas.

Eric Patrocinio, mostró que hoy, políticamente, tiene la fuerza de un globo que se desinfla.

Ya no es el hombre fuerte y poderoso místico que se creía.

La realidad lo evidencia en descenso.

Y así seguirá.

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