jueves, noviembre 21, 2024

Inteligencia artificial: economía y seguridad pública

En la nueva economía, la información, la educación y la motivación lo son todo

Bill Clinton

Durante la pandemia nos aconteció una serie de vivencias que por su naturaleza e importancia nos distrajeron de la vertiginosa consolidación de eventos, que marcarán un antes y un después en nuestro día a día, me refiero a la utilización de la Inteligencia Artificial (IA) de manera asidua. Hecho que está teniendo un impacto en nuestra vida que apenas tornamos perceptible.

Si realizamos un breve recuento de lo que los institutos especializados nos arrojan, tenemos que existen retos en dos vías, la primera en cuanto hace al mercado laboral, y como punto a destacar contamos con lo que la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) destacó en su informe Perspectivas de Empleo 2023, en donde menciona que más de una cuarta parte de los puestos de trabajo en los países miembros dependen de competencias que podrían ser fácilmente automatizadas en la próxima revolución de la inteligencia artificial.

La OCDE, que incluye a 38 países, principalmente naciones desarrolladas, -pero también algunas economías emergentes como México y Estonia-, resalta que hasta ahora no se han observado impactos significativos en el empleo debido a la IA, pero señala que esto podría deberse a que la revolución aún se encuentra en sus primeras etapas.

El informe destaca que los empleos con mayor riesgo de automatización representan aproximadamente el 27% de la mano de obra promedio en los países de la OCDE. Es importante mencionar, que los países de Europa del Este son los más expuestos a este riesgo.

La OCDE advierte sobre la necesidad de prepararse para los cambios que traerá consigo la IA en el ámbito laboral, para ello, es fundamental adoptar medidas que promuevan la capacitación y el desarrollo de habilidades en los trabajadores, así como implementar políticas que fomenten una transición justa hacia un entorno laboral cada vez más automatizado.

Si bien es cierto, que la IA puede generar cierta incertidumbre en cuanto a la preservación de empleos, también es importante destacar que esta tecnología puede abrir nuevas oportunidades y formas de trabajo. La clave está en abordar adecuadamente los desafíos que plantea la automatización y garantizar que exista un equilibrio entre el avance tecnológico y la protección de los derechos de los trabajadores.

El otro aspecto, se refiere al ámbito militar, Eric Schmidt presidente del Proyecto Espacial y Estudios Competitivos menciona que los actuales sistemas de IA ya proporcionan ventajas en la milicia, pues tienen la capacidad de analizar millones de datos, controlar drones de ataque a distancia, y simbolizaran lo que para el mundo significó la superioridad nuclear de Estados Unidos en la segunda posguerra.

Para lo cual es imprescindible encontrar un equilibrio entre el uso de la inteligencia artificial y la protección de los derechos de los ciudadanos, garantizando la transparencia en la toma de decisiones administrativas. En este contexto, es importante implementar el llamado «ciclo OODA» (Observar, Orientar, Decidir y Actuar) en el proceso de toma de decisiones jurídicas, en un contexto tecnológico, asegurando una adecuada observación y análisis de la información, una correcta orientación hacia los objetivos deseados, una toma de decisiones fundamentada y una acción efectiva.

En definitiva, en muchos países el análisis de los efectos de la IA no se encuentra dentro de la agenda pública, lo que implica un proceso mucho más lento en la asimilación de esta, significando cierta complicación para calibrarla con relación a la estructura social y los modos de producción.

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