En una mesa de café sus contertulios cotidianos acostumbran departir embadurnando la convivencia con lúdicos comentarios acerca de temas muy diversos, los más relativos a los chismes del momento y si alguno de los comensales se descuida también entra en la cuenta. Conociendo a sus compañeros de mesa, uno de ellos se despide porque-les comenta- su papá lo espera temprano en el taller de reparación de autos; “pero antes les digo, yo soy un mandilón, mi esposa me controla el gasto y me mide el tiempo; mi hermana no sigue una conducta ejemplar y con frecuencia no llega a dormir a casa”. Con esas confesiones, pensando que había desarmado a sus compañeros de mesa para librarse de sus picantes comentarios, no había doblado la esquina cuando en la mesa se escuchó “Hummm, este cabrón todavía piensa que es hijo del <tuercas>”. Esta crapulosa introducción viene a cuento por el propósito de comprobar la vieja tesis que sustenta que- siguiendo la teoría de la creación- el hombre fue hecho del peor de los barros y en esa lógica su condición ensucia a la política, la pervierte la naturaleza de quienes la ejercitan; porque esa actividad es la más productiva de la convivencia social, ninguna sociedad humana es posible sin la mediación de la política, cuando ésta falta o falla se enseñorea la discordia y la violencia entre los individuos que la componen. No obstante y pese a todo, en política prevalece como esencia subyacente la fórmula: “en política todo se vale”, y como el medio para conseguir el bienestar común es el poder, en la lucha para alcanzarlo los principios son relegados por el más crudo de los pragmatismos.
Xóchitl Gálvez ha estado en la política durante los 23 años de este siglo, siempre moviéndose en la medianía de los cargos públicos, mientras no adquiría un rango mayor de participación sus antecedentes personales yacían ocultos en el fichero político de los servicios de inteligencia, de allí pudo haber surgido la información relativa a que una de sus hermanas se encuentra encarcelada por un delito que muchos años después no le ha sido comprobado ni se tiene por cosa juzgada. Pero la publicación de esa nota sugiere la insana intención de “golpear” a la senadora, a quien la coyuntura coloca en el camino de pretender la candidatura opositora a la presidencia de México. Corresponde al juez juzgar a su hermana, dice Xóchitl, y aprovecha para mencionar que dos sobrinas, hijas de la susodicha hermana, quedaron bajo su resguardo y ahora, ya profesionistas trabajan en una de sus empresas. En realidad la referida información para nada vulnere la legítima aspiración de la senadora Gálvez, pero el dato evoca la idea de cómo lloverá estiércol frente al enorme ventilador de las “benditas” redes sociales para menguar la potencia del adversario político.
Y en esas andamos cuando el fantasma de la elección de 1988 vuelve a aparecer con Manuel Bartlett ahora negando ser el autor de “la caída del sistema”, atribuyéndosela a Diego Fernández de Cevallos, ahora sufre amnesia respecto a cuándo explicó que el presidente de la Madrid estaba preocupado por los primeros números de la votación, pero que se trataba de sufragios llegados por la inmediatez del Distrito Federal, Estado de México y de Michoacán, ciertamente favorables a Cárdenas, sin embargo insuficientes para superar enteramente la votación general en la república. Pero como ahora Bartlett milita antagónicamente al PRI solo le falta decir, como acaba de decir Dante: “Con el PRI ni a la esquina”. Aunque en este último caso debe entenderse- se supone- que se refiere al tipo de dirigencia que ahora padece el PRI. Como dato cultural: Bartlett fue Director de Gobierno en Gobernación con el priista Moya Palencia, Secretario de Gobernación en el gobierno priista del presidente de la Madrid, precandidato a la presidencia por el PRI en 1987, organizó la elección de 1988, fue Secretario de Educación con Salinas de Gortari y Gobernador priista de Puebla en 1993; Dante Delgado aspiró a la alcaldía de Córdoba por el PRI; fue diputado federal priista, gobernador priista, embajador en Italia del gobierno priista de Salinas de Gortari, Secretario de Organización del Comité Nacional del PRI, etc. Esa es la política, aunque la política no debe ser así.