Agencias / Sociedad 3.0
De acuerdo con los científicos de la Universidad Autónoma de México (UNAM), las olas de calor que se han registrado en el país durante este año han sido excepcionales. Normalmente, este fenómeno climático ocurre entre los meses de marzo y mayo, pero en 2023, la tercera ola se presentó en junio, seguida de la cuarta que comenzó a principios de julio y acaba de concluir. Ante esta situación, la población se encuentra inquieta y se pregunta si habrá una quinta ola de claor.
Según una publicación de Gaceta UNAM, el aumento de la temperatura en México ha sido constante. La cuarta ola, la más reciente, ha afectado al país de manera significativa, especialmente en la región norte desde el día primero de julio. Sin embargo, los científicos del Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático de la UNAM no descartan la posibilidad de que se presente una quinta ola de calor en la segunda parte del mes.
El clima extremadamente caluroso con temperaturas de entre los 40 y 45 grados afectará a varias regiones de los estados de Baja California, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León, Sonora, Tamaulipas, Baja California Sur, Campeche, Colima, Durango, Guerrero, Jalisco, Michoacán, Nayarit, Quintana Roo, San Luis Potosí, Sinaloa, Tabasco, Veracruz y Yucatán.
¿Qué es una ola de calor?
Las olas de calor científicamente son masas de aire que presionan hacia abajo por gravedad, estas son originadas por el aumento de manchas urbanas, la deforestación e incendios forestales, circunstancias que provocan calentamiento en crecimiento por la estabilidad atmosférica, actualmente sin viento y nubosidad.
Una ola de calor también se refiere a un período de tiempo en el que las temperaturas son inusualmente más altas en comparación con las condiciones climáticas normales de una determinada región. Durante una ola de calor, las temperaturas diurnas suelen ser excepcionalmente altas y las temperaturas nocturnas no descienden significativamente, lo que dificulta el alivio y la recuperación de las altas temperaturas.
Estas condiciones extremas pueden tener un impacto significativo en el clima, el medio ambiente y la salud humana. Durante una ola de calor, se puede experimentar un aumento de la sequedad en el aire, la falta de precipitación y la disminución de la humedad relativa. Esto puede llevar a un aumento en la evaporación y la pérdida de humedad en el suelo, lo que a su vez puede afectar la agricultura, los ecosistemas y los recursos hídricos.
Las olas de calor también pueden tener graves consecuencias para la salud. Las altas temperaturas pueden provocar deshidratación, insolación, agotamiento por calor e incluso golpes de calor, que son condiciones médicas graves y potencialmente mortales. Los grupos de población más vulnerables durante una ola de calor incluyen a los ancianos, los niños pequeños, las personas con enfermedades crónicas y aquellos que trabajan al aire libre en condiciones de alta temperatura.
El cambio climático se ha asociado con un aumento en la frecuencia e intensidad de las olas de calor en muchas partes del mundo. El calentamiento global contribuye al aumento de las temperaturas promedio y puede agravar la duración y severidad de las olas de calor, lo que resalta la importancia de abordar el cambio climático y tomar medidas de adaptación y mitigación.
Con información de El Herald