miércoles, diciembre 25, 2024

¿Habrá una crisis económica de final de sexenio?

Lo más probable es que no.

Nunca puede descartarse la aparición de un “cisne negro”, es decir, un suceso nacional o internacional que resulta sorpresivo, inusual e imprevisto y produce un impacto negativo en la economía.

Pero, sin dicho “cisne”, hoy la probabilidad de una crisis económica de final de sexenio —caída abrupta del Producto Interno Bruto (PIB), inflación anual de dos o más dígitos, altas tasas de interés reales, devaluación del tipo de cambio, problema de solvencia de los bancos— es muy baja. Me atrevería a decir que menor al 10%.

Para AMLO la sucesión presidencial es prioritaria. Sabe que una crisis económica es la mejor fórmula para perder el poder. Por eso, desde un principio, AMLO ha sido razonablemente disciplinado en el manejo de las finanzas públicas, un elemento que le hemos reconocido en esta columna. En este rubro, ha sido más ortodoxo neoliberal que populista irresponsable.

Mantener en orden las finanzas públicas le ha dado credibilidad a este gobierno en los mercados financieros. Y aquí me refiero a los grandes números del presupuesto público. A diferencia de otros países emergentes, la estabilidad económica en México es patente. Y, como dije arriba, con alta probabilidad así continuará hasta que AMLO entregue la banda el primero de octubre del año que viene.

La semana pasada, la secretaría de Hacienda presentó ante el Congreso su propuesta de Paquete Económico 2024. Sí contempla, como se espera en año electoral, un incremento en el gasto público. Pero tampoco se pone sobre la mesa un proyecto irresponsable. Las variables presentadas se encuentran dentro de parámetros razonables.

El gobierno pretende incrementar en términos reales un 4.3% del gasto neto en 2024 con respecto a 2023. Se gastará un total de nueve billones 66 mil millones de pesos.

El 22% de este total se irá a pagar pensiones, un rubro que sigue creciendo en el Presupuesto por el envejecimiento que está teniendo la sociedad. Estamos hablando de un billón 99 mil millones de pesos. De este monto, 465 mil millones corresponderán al programa social de pensiones universales para adultos mayores. Sin duda, el próximo gobierno tendrá que hacer algo para cubrir todas las pensiones existentes, pero, por lo pronto, el de AMLO ya salvó el sexenio con estas cifras.

En cuanto a rubros específicos, destacan incrementos para la secretaría de la Defensa Nacional (142 mil 150 millones de pesos) para la obra del Tren Maya, la secretaría de Energía (171 mil millones de pesos) con el fin de transferir dinero a Pemex (que se ha convertido en un barril sin fondo para el gobierno federal) y la secretaría del Bienestar (109 mil 398 mil millones de pesos) dirigidos a cubrir el aumento a los montos del programa social estrella de este gobierno, es decir, las pensiones para adultos mayores.

Son incrementos significativos, pero no pintan en los grandes números del Presupuesto. Aquí lo importante es que no habrá un aumento desmedido de la deuda total del gobierno si se toma en cuenta el Saldo Histórico de los Requerimientos Financieros del Sector Público (SHRFSP), es decir, el dinero que, a final del día, Hacienda tiene que salir a contratar para financiar lo que no pudo obtener con los ingresos.

En 2023, de acuerdo al Paquete presentado la semana pasada, el SHRFSP alcanzará un nivel equivalente al 46.5% del PIB. Se prevé que en 2024 llegue al 48.8%, 2.3 puntos más que este año. Sí, el gobierno se endeudará más, pero se trata de un aumento razonable que dejará al país en niveles de la deuda por debajo del promedio de todos los países de América Latina y el Caribe (alrededor del 70% del PIB).

Se mantiene, así, el compromiso de un manejo responsable de la deuda pública (en todo caso, la crítica que podría hacerse es para qué se está utilizando el endeudamiento extra, pero ése es otro tema).

Adicionalmente, el perfil de la deuda ha venido mejorando durante esta administración. La externa ha bajado del 22% del total en 2019 al 16% cuando termine este año (el resto es interna denominada en pesos). Para 2024, el gobierno estima que la deuda externa se encuentre en su totalidad a tasa fija con un plazo promedio de 19 años. Esto gracias a que refinanciaron bonos soberanos en moneda extranjera que vencían entre 2021 y 2025.

Al gobierno de AMLO hay que reconocerle su manejo razonable de las finanzas públicas que contribuye a la estabilidad macroeconómica y disminuye la probabilidad de una crisis de final de sexenio. Espero que colegas que vienen pronosticando un apocalipsis económico en 2024 comiencen a corregir sus escenarios.

X: @leozuckermann

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