Víctor Murguía
Las candidaturas, en los pueblos, separan a compadres y desunen familias. En general, también destruyen amistades y llegan a unir a los enemigos.
Y a nivel grande, presidencial, al menos terminan distanciados quien designa y el ungido, con sus respectivos grupos de seguidores.
Las peleas por ganar las candidaturas (y luego las elecciones) desatan pasiones, dividen, enfrentan y generan odios.
Actualmente vemos esto una vez más con los procesos que llevarán a elegir al nuevo presidente y nueve gobernadores, así como a senadores y diputados. En Veracruz el próximo año no serán electos alcaldes, de lo contrario la perturbación, el hervidero, sería peor.
El caso más significativo es el que tiene lugar en la Ciudad de México. La candidata del partido en el poder Claudia Sheinbaum si termina por imponer a Omar García Harfuch tal vez “olvide pero no perdone” y si no puede pero gana la presidencia será otro punto que abone a los rencores que se acumulan en la ruta hacia el poder y luego en el ejercicio de éste.
Aquí en tanto se da conocer a la candidata de Morena también se acumulan odios.
Nahle le confiaba y delegaba toda la operación de su futuro político (que ya la alcanzó) a Patrocinio Cisneros.
-¿Secretaria (de Enegía), qué se hace ante tal caso?, le preguntaban a Nahle y afirman que contestaba: véanlo con Cisneros.
-¿Qué hacemos con tal asunto?, preguntaba el número uno local y dicen que respondía en forma similar: velo con Éric.
Lo que no se esperaba es que el Secretario de Gobierno terminara cuestionándose: ¿y por qué no soy yo el candidato?
La respuesta que se dio ya la conocemos y dio paso a las pugnas, intrigas y acusaciones que están por terminar cuando esta semana Morena dé a conocer a quien será la candidata por Veracruz y se confirme lo que son estas encuestas.
Rocío Nahle tendrá poco tiempo para decidir si suma a Patrocinio ofreciéndole lo que quiere (entre otras cosas, una diputación local para luego ser el coordinador de la Junta de Coordinación Política en la Legislatura) o lo desplaza y con sus operadores hace frente a la reacción de quien fue su aliado y amigo.
En la oposición están también en el proceso de estira y afloja, a ver si no rompen la cuerda. Están abajo, pero pelean como si tuvieran la fuerza, la organización y el arrojo para garantizar el triunfo.
Quieren asegurar posiciones vía candidaturas plurinominales.
Saben que a nivel central han generado una corriente importante para que Pepe Yunes sea el candidato opositor, pero si por los intereses particulares no llega a darse la unidad, ni Pepe ni quien acepte esa candidatura con todos divididos tendrá posibilidades reales de ganar.
A ver cuántos compadres, hermanos, amigos y aliados terminan separados por el proceso electoral y cuántos enemigos se alían. Ya lo veremos.
EN SEGURIDAD PÚBLICA, el titular Cuauhtémoc Zúñiga Bonilla debe repensar la forma en que conduce la dependencia.
No sólo por la agresión de sus elementos a periodistas de la zona de Veracruz, sino por las constantes acusaciones que hay en distintas regiones del Estado. Tener que salirse de Zongolica, porque el pueblo los repudió, dice mucho.