sábado, abril 27, 2024

El gran problema de Xalapa no nos importa

Vamos para terminar septiembre y en dos meses concluirá la temporada de huracanes, pero en 137 municipios veracruzanos hay sequía.

Aquí en Xalapa hay muy poca agua. Las lluvias en la región son escasas y por lo tanto casi no hay líquido en los hogares, comercios y hospitales.

Sin embargo, esta terrible situación no nos aterroriza ni hacemos algo para intentar medio revertirla.

Mientras caiga una poca en las llaves de nuestras casas cada cinco, siete, diez o quince días, como ya sucede, haremos como que no pasa nada, total, finalmente la surten.

El problema es que al paso que vamos los tandeos serán más espaciados.

Lo que llueve actualmente son los reclamos a la Comisión Municipal de Agua y Saneamiento porque no cumple con el calendario del tandeo, que establece algo así como un día de surtido por tres que no.

Y sí, no sé si en algún sector de la capital se cumpla, pero en la mayoría no. Pasan más días y el agua no llega. No debe ser por ineficiencia de la CMAS, sino porque simple y sencillamente las fuentes de abastecimiento están muy bajas y no se puede surtir con la periodicidad acordada.

Claro que CMAS debería hablar crudamente y decir: solo hay agua para surtir cada diez o quince días. Tal vez así haríamos más conciencia.

Ya lo hemos dicho pero lo repetimos, la obra más necesaria para Xalapa es la hidráulica. Olvídese de los conflictos viales, lo que se requiere, en un inicio, es mucha inversión para grandes obras con el fin de traer más agua a esta zona. Tome en cuenta que cada vez será de más lejos. Si ahora nos surtimos del Huitzilapan (Puebla), el siguiente acueducto tal vez venga de Martínez de la Torre (El Bobos).

Hay que invertirle ya al agua, no importa lo que cueste y si es necesario pedir prestado, pues que se haga.

Otros pasos a dar son una regulación estricta para construcción de casas, edificios y comercios y realizar una reforestación masiva, como nunca en la historia, bajo la guía de especialistas.

Y ponernos a rezar, para que la ebullición mundial tenga clemencia de nosotros.

Desgraciadamente hasta el día de hoy no hacemos nada de eso.

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