El domingo en la Ciudad de México parecía de feria de pueblo. Gentes iban y venían por las calles rumbo a la Arena México, porque iban a asistir al cierre de precampaña de Xóchitl Gálvez Ruiz como aspirante a la candidatura del Frente Amplio por México a la Presidencia de la República.
Llegaron más o menos veinte mil personas, que no fueron acarreadas ni extorsionadas con un Frutsi y una torta. Tampoco pagaron su traslado obligadas por sus jefes de algún gobierno morenista. Y menos asistieron sin ganas o enojadas. Al contrario, se les notaba en el semblante y en la actitud la alegría que brota cuando se da el despertar de un pueblo que busca su propio destino.
En la muchedumbre que fue llegando solita y como pudo, se vislumbraba el fin de la Cuarta Extorsión, de los morenos que han tratado de sorprender a los más ignorantes o quizá a los que no quieren darse cuenta de que, además del dinero que han malgastado de todos los mexicanos, quieren destruir al país.
Aquéllos, los seguidores inconscientes de AMLO y él mismo, se han manejado con mentiras y falsos argumentos; pagan noticias semifalsas o falsas por completo en pasquines, y amenazan a dueños de medios y piden la cabeza de periodistas serios y veraces… o los insultan y les inventan calumnias.
Pero de este lado de la historia -el lado correcto-, al fin se vislumbra la luz al final del túnel de la destrucción del país y del uso del poder desmedido.
Aunque lo mientan y lo nieguen, el pueblo se ha volcado con la mejor candidata, una mujer sencilla e inteligente que tiene la gran capacidad de transmitir sentimientos y de ganar voluntades. Y a todo eso le suma una gran capacidad y conocimientos para reconstruir este país que los morenos han querido desaparecer.
Casi es por demás citar todo lo que han destruido, como lo dijo Xóchitl en su cierre de precampaña. Y por eso cayó tan bien su promesa: “¡Vamos a ganar! Y vamos a unirnos todos los mexicanos y vamos a recomponer nuestro amado país, que ha sido devastado por la Cuarta Destrucción”.
Parece que del otro lado habrá o hubo también un cierre de precampaña de Claudia (Andrés Manuel) Sheinbaum (López Obrador), pero sin conocerlo es fácil decir que fue o será vacío de entusiasmos, de ideas, de proyectos para mejorar a los mexicanos.
Pero Xóchitl dijo un discurso valiente, sereno y emocionante al mismo tiempo, y en las redes, en las benditas redes, fue seguida por millones de ciudadanos que creen en ella y en un futuro de promisión para todos.
La verdad, no sé cómo le piensan hacer los de al 4T para ganarle.
Y ya de Veracruz ni hablamos.