domingo, diciembre 22, 2024

El difícil camino naranja

“La política no es, sino va siendo”. La frase se la escuché a Dante Delgado, dirigente nacional de Movimiento Ciudadano (MC). Me parece ingeniosa. Efectivamente, la política es hija de las circunstancias que van cambiando con el tiempo.

En este sentido, me temo que nada bueno está ocurriendo en MC estos días.

Se les cayó el esquema que tenían previsto para la elección de 2024.

Ya sea porque llegaron a un acuerdo con López Obrador para dividir el voto opositor, y así facilitar el triunfo de Claudia Sheinbaum, o porque legítimamente estaban convencidos de que lo mejor era presentar una tercera vía al electorado, MC tenía en mente lanzar a un candidato presidencial potente.

Dicen (a mí no me consta) que Dante quería que fuera su amigo Marcelo Ebrard. Yo siempre sostuve que esta tesis no me convencía porque no veía a Ebrard saliéndose de Morena para irse a competir en contra de Sheinbaum o, en todo caso, hacerle el trabajo sucio de allanar su victoria. No vislumbraba a Marcelo terminando su carrera política de esta forma.

Ebrard compitió en contra de Sheinbaum en la interna de Morena. López Obrador la eligió a ella, Marcelo se enojó, hizo una pataleta y amagó con salirse del partido. No lo hizo porque no es idiota. Tenía mucho que perder y nada que ganar si hubiera tomado ese camino.

Si Dante efectivamente se esperó para ver si Ebrard saltaba de barco, pues se equivocó. Insisto: yo no lo sé, pero el hecho es que la candidatura de Marcelo no ocurrió.

“La política no es, sino va siendo”. La frase se la escuché a Dante Delgado, dirigente nacional de Movimiento Ciudadano (MC). Me parece ingeniosa. Efectivamente, la política es hija de las circunstancias que van cambiando con el tiempo.

En este sentido, me temo que nada bueno está ocurriendo en MC estos días.

Se les cayó el esquema que tenían previsto para la elección de 2024.

Ya sea porque llegaron a un acuerdo con López Obrador para dividir el voto opositor, y así facilitar el triunfo de Claudia Sheinbaum, o porque legítimamente estaban convencidos de que lo mejor era presentar una tercera vía al electorado, MC tenía en mente lanzar a un candidato presidencial potente.

Dicen (a mí no me consta) que Dante quería que fuera su amigo Marcelo Ebrard. Yo siempre sostuve que esta tesis no me convencía porque no veía a Ebrard saliéndose de Morena para irse a competir en contra de Sheinbaum o, en todo caso, hacerle el trabajo sucio de allanar su victoria. No vislumbraba a Marcelo terminando su carrera política de esta forma.

Ebrard compitió en contra de Sheinbaum en la interna de Morena. López Obrador la eligió a ella, Marcelo se enojó, hizo una pataleta y amagó con salirse del partido. No lo hizo porque no es idiota. Tenía mucho que perder y nada que ganar si hubiera tomado ese camino.

Si Dante efectivamente se esperó para ver si Ebrard saltaba de barco, pues se equivocó. Insisto: yo no lo sé, pero el hecho es que la candidatura de Marcelo no ocurrió.

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