sábado, abril 27, 2024

No ayudan a Sheinbaum

Anteayer, después del cierre de su precampaña en Poza Rica, Claudia Sheinbaum se fue a recorrer la zona arqueológica de Papantla acompañada de la aspirante de su partido a la gubernatura de Veracruz, Rocío Nahle. Ambas candidatas de Morena van a necesitar de la ayuda del dios Tajín, a pesar de las engañosas encuestas que les dan una supuesta ventaja muy amplia sobre sus principales contrincantes de la coalición PAN-PRI-PRD, Xóchitl Gálvez y Pepe Yunes Zorrilla.

Sheinbaum, por ejemplo, inició enero con una serie de escándalos en la Ciudad de México que dejó en manos de su exsecretario de Gobierno, Martí Batres. A la no ratificación por el Congreso local de su fiscal Ernestina Godoy, siguió el escarnio público en contra del fiscal interino Ulises Lara, un sociólogo que se desempeñó como vocero de Godoy, vinculado familiarmente con el mandatario capitalino –su ex cuñado, pues fue pareja de la flamante ministra de la Suprema Corte, Lenia Batres, con quien procreó un hijo–, el cual, para cumplir con el requisito legal para ocupar interinamente la Fiscalía, obtuvo en apenas 24 horas un título de Licenciado en Derecho expedido por una desconocida universidad privada que dirige un excompañero de trabajo.

Ayer, en su versión digital, el diario Reforma publicó que el nuevo encargado de despacho de la Fiscalía General de Justicia capitalina (FGJ-CDMX) fue acusado por su media hermana, Hilda Lara, de aprovechar su cargo y relaciones para despojarla de una vivienda y fabricar delitos en contra de ella y su esposo.

En entrevista concedida al diario capitalino, Hilda declaró que, desde 2021, junto con su cónyuge ha enfrentado acusaciones de fraude y despojo relacionadas con una propiedad ubicada en la Alcaldía Gustavo A. Madero y originalmente construida por los padres de ella. Acusó que, a lo largo de los procesos, han padecido obstrucciones para poder defenderse de forma adecuada.

Por las anomalías en el caso, fue interpuesta en 2023 una denuncia en contra de Ulises Lara ante la Secretaría de la Función Pública y cuyas copias fueron enviadas también al presidente López Obrador y a la entonces Fiscal, Ernestina Godoy.

Ahora, con su medio hermano al frente de la Fiscalía, obviamente la mujer teme por mayores represalias. “Si antes tenía algo de injerencia, ahora tiene toda; es juez y parte en todo esto, lo ha sido desde el principio; estamos de eso seguros, porque mi papá a mí me lo dijo directamente, desde hace dos años él se encarga de todo (el proceso) y, pues claro, claro que tenemos temor”, expresó al diario Reforma.

Y, para colmo de Sheinbaum, esta semana se desplomó una dovela de 30 metros y 90 toneladas de concreto del tren interurbano “El Insurgente”, accidente que atribuyen a una fallida operación de una grúa de la constructora italiana Rizzano de Echer, una empresa con casi 100 años en el mercado y con operaciones en 70 países. Pero, según el columnista Mario Maldonado, de El Universal, la verdadera responsable de estos trabajos es la firma mexicana Jaguar Ingenieros Constructores, a la que le adjudicaron de manera directa los contratos DGOT-AD-F-1-021-2022 y DGOT-AD-F-1-007-2023 por 493 millones de pesos en total, a pesar de haber de que su representante, Luis Adolfo Fortoul Curiel, fue inhabilitado en 2019, al inicio de la administración del presidente López Obrador, por haber falseado documentos del Infonavit para obtener contratos en la construcción del Edificio Terminal del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, un macro proyecto inconcluso del expresidente Enrique Peña Nieto que fue cancelado por el nuevo régimen de la 4T por estar “plagado de corrupción”, como argumentó el sucesor del exmandatario priista.

El columnista refirió que Jaguar Ingenieros Constructores estuvo fuera de circulación durante 15 meses y fue obligada a pagar una multa superior a 600 mil pesos. Pero señala que tras la inhabilitación resultó ganadora de millonarios contratos con el Tren Interurbano, obra que le fue adjudicada directamente para apuntalar la Terminal 2 del actual Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, un negocio de 204 millones de pesos.

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